A medida que los últimos rayos del sol iluminaban la habitación, Keira observaba fijamente el libro frente a ella sin prestar atención a las palabras que había allí escritas. Sin embargo, aquella información estaba grabada a fuego vivo en su mente.
Durante los últimos dos días había estado intentado leer sobre Crystalia con la intención de saber que había cambiado en los catorce años que vivió en la tierra. Al principio le había costado tanto formar las palabras que luego de un tiempo terminaba con dolor de cabeza, frustrada y sobretodo enojada. Era culpa de Taranis que ella no recordara como leer las líneas y símbolos adecuadamente ya que desde que tenía diez años no había tenido un libro en sus manos, y por un instante temió no ser capaz de leer nada de lo que había comprado. Pero luego de varios intentos logró entender las palabras y aunque aún le costaba había logrado avanzar en su lectura hasta ese momento. Ahora simplemente era incapaz de leer debido a la sorpresa que aquellas palabras le habían generado.
Según el libro Crystalia: un mundo de magia y razas, hace doce años se había creado el grupo los centinelas con la intención de que los cinco gobiernos tuvieran un intermediario en medio de los problemas inter-raciales. Inicialmente los centinelas habían sido una idea propuesta por el consejero Rowan, uno de los cinco gobernantes de Ylenor, como una forma de asegurar la igualdad hacia su pueblo, pero una vez la idea fue presentada ante la Junta Extraordinaria de Crystalia se acordó que dicho grupo tendría poder sobre todas las sociedades del mundo, para ello primero tendrían que someterse a un año de observación donde los gobernantes de toda Crystalia decidirían si aquel proyecto era aprobado. Ahora los centinelas contaban con la mayor influencia social que cualquier grupo, ejercito u organización podría llegar a tener. Debido a su extenso campo de trabajo tenían permitido viajar entre los territorios libremente siempre y cuando su presencia allí fuera anunciada, podían llevar a juicio a cualquier persona que fuera considerada sospechosa de un crimen y tanto el pueblo como los gobernantes de las cinco sociedades podían solicitar su ayuda. No obstante, como cualquier otro ciudadano, los centinelas tenían que acoger las leyes de cada gobierno y actuar bajo sus limitaciones; en otras palabras, pese a todas sus libertades ellos seguían estando bajo las directas órdenes de los respectivos gobernantes. Y era exactamente eso lo que la sobrecogía, porque allí en los dorados símbolos estaba el nombre de su hermano.
Shawn Zewolfv era un centinela.
El suave siseo de Layrah la sacó de su estupefacción. Cerrando de golpe el libro se levantó de la cama y comenzó a caminar de un lado a otro; poco a poco la sorpresa que sentía fue siendo remplazada por enojo y tristeza. Se sentía traicionada, no podía creer que su hermano hubiera accedido unirse a los centinelas poco tiempo después de que Taranis lo llevara de vuelta a Crystalia. Él más que nadie sabía lo que el gobierno Ylenor representaba para ella, había estado allí cuando las cosas se arruinaron y su familia quedó destrozada. Sin importar la razón, no podía aceptar completamente las acciones de Shawn, y por primera vez se alivió que él no estuviera allí con ella, porque de lo contrario no estaba segura de lo que haría.
Respirando profundo contuvo las lágrimas que amenazaban con caer y gruñó levemente ante las ofensivas palabras de Layrah hacia su hermano.
—Durante todos estos años te lo estuve advirtiendo —gruñó Layrah—, te dije que perdías tu tiempo intentando protegerlo. Si me hubieras escuchado no te habrías metido en tantos problemas, pero en cambio decidiste ignorarme y asegurarte que Taranis y todo aquel que estuviera cerca supiera lo que pasaría si llegaban siquiera pensar en herir a Shawn.
Keira gruñó nuevamente e intentó pasar por alto los comentarios de su magia, pero Layrah no iba a permitir que la callara esta vez.
—¿Y que hace él? Entra a colaborar con el estúpido gobierno semanas después de haberte abandonado con Taranis. Debiste haber dejado que Silvertec hiciera lo que quisiera y solamente preocuparte por ti misma. Si tan solo...
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Instinto Animal
FantasíaEllos detuvieron la guerra... Siglos atrás cuando Crystalia estuvo sumida en la oscuridad, un grupo de valientes tomaron la decisión que cambiaría el transcurso de la historia. Aseguraron que la magia prevaleciera y que los inocentes no sufrieran. A...