Keira permaneció recostada contra el ventanal, aun cuando William abandonó la habitación poco después del ogro, disculpándose con el hibrido por su pronta partida. Ahora que estaban solos en la habitación, —Loian y Mara se habían marchado debido a las órdenes del duque de regresar al entrenamiento—, Keira pudo sentir como aquel hombre la analizaba con la misma atención y detalle que ella hacía con él.
Intrigado pero ansioso por marcharse de ese lugar, Zeph hizo un ademan hacia uno de los asientos cerca de él invitándola a sentarse. Aquella evaluación sería mucho más fácil si ella estaba lo bastante cerca como para notar los diminutos cambios en su expresión y la energía que manaba de ella sin tener que estar usando su magia.
Adivinando sus intenciones, Layrah gruñó en amenaza dentro de su mente, rehusándose a cooperar. Una parte de Keira estaba de acuerdo con ella, no le gustaba que alguien estuviera ordenándole que hacer, mucho menos que la estuviera evaluando como a un insecto bajo una lupa, no obstante, otra parte de ella, tenía curiosidad por conocer más a aquel hombre que trabajaba con su hermano. Por saber más sobre la vida de su hermano en esos últimos años. Luego de unos momentos debatiéndose que hacer, la curiosidad ganó. Levantando la barbilla, y apretando aún más su control sobre Layrah se acercó despacio al centinela, y se sentó dos asientos más lejos de él. Sonriendo levemente al ver, el destello de frustración que viajó por sus ojos durante unos segundos antes de desaparecer.
Reprimiendo el extraño impulso de sisearle, ante aquella ligera desobediencia, Zeph se preguntó por dónde empezar con ella. De todos los archivos de inscripción, el de ella era el que menos información tenía, solo decía los datos indispensables de ella y no más. Fue por eso que él decidió visitar la mansión Milstog, originalmente era Shawn el que iba a venir, pero dado los últimos acontecimientos con sus otros casos, su estado emocional y la revelación que les hizo días atrás, Zeph cambió de opinión, viniendo él en su lugar.
El apellido Zewolf no era de los más populares en Ylenor, pero tampoco era único de la familia noble de Shawn. Aun así, no quiso arriesgarse.
Pensando que lo mejor sería comenzar con algo sencillo, para obtener más información de su perfil, le preguntó:
—¿De dónde sois, Keira?
Era inútil intentar mentirle a alguien como él. Si su percepción e instintos no le decían que mentía, entonces sus sentidos y magia lo harían. Aun siendo un hibrido sus sentidos seguían siendo muy desarrollados.
—Aun así, podrías mentir. Ambas sabemos que no os descubriría —señaló Layrah, declarando lo que ambas sabían.
Keira se encogió de hombros, y respondió con honestidad. No había mentido durante su estadía con Taranis, y no tenía intenciones de hacerlo ahora. No veía el punto en hacerlo.
—De aquí y allá. No tengo una residencia fija.
Zeph no pudo evitar fruncir el ceño, desconcertado por su respuesta.
—Debéis tener un lugar fijo, al que ir luego de vuestros viajes. ¿Dónde vive vuestra familia?
Keira pensó con cuidado como responder a eso, sin revelar demasiado o sin mentir. Luego de unos segundos respondió:
—No lo sé, hace años no los veo.
Dándose cuenta de su cautela, Zeph inhaló profundo intentando detectar el aroma rancio que las mentiras siempre desprendían, al no encontrarlo, entrecerró los ojos en la joven frente a él.
—No estoy mintiendo, centinela —No fue intención de Keira decir el termino de forma tan despectiva, pero no pudo evitarlo. Ni toda su curiosidad podía hacerle olvidar quien era él y lo que representaba—. No es práctico hacerlo.
Aquello hizo que la curiosidad que llevaba sintiendo desde su aparición en la habitación, aumentara. Estirando las piernas frente a él, y cruzándolas por los tobillos, expresó su curiosidad levantando una ceja.
—¿Por qué pensáis eso?
Recostándose contra su asiento, Keira lo miró directamente a los ojos.
—¿Qué sentido práctico hay en mentir? Tenéis que estar recordando que dijiste por si alguien diferente os pregunta, además, tenéis que crear toda una historia para poder explicar algo, y con el paso del tiempo debéis ir inventando más detalles si queréis que sea algo creíble. ¿Acaso eso no es más agotador que simplemente decir la verdad? Sin mencionar el hecho que a la larga las consecuencias serán aún más grandes que si hubieseis dicho la verdad en un principio.
Zeph tenía que reconocerlo, aquella joven era completamente diferente a lo que esperaba en un principio. Asintiendo, le concedió la razón.
—No muchos piensan igual o se dan cuenta de eso.
Keira sonrió, y algo en aquella expresión hizo que un escalofrió le recorriera la espalda a Zeph.
—No soy igual que los otros, centinela.
—¿Cómo es eso?
Keira levantó un hombro.
—Eso es algo que yo sé y vos tenéis que averiguar.
Zeph entrecerró los ojos, y contuvo un siseo de advertencia. Como si sintiera su irritación, la sonrisa de la joven se amplió.
—¿Os dais cuenta que puedo prohibiros vuestra participación en el festival?
Keira levantó una ceja, divertida.
—Eso no es algo que me preocupe, de una u otra forma por mi está bien. Solo accedí venir aquí a contestar vuestras preguntas por que tenía curiosidad.
—¿Curiosidad de qué?
Colocándose de pie, le respondió:
—Por ver como eras vos.
Y con eso dio media vuelta y se marchó del lugar, ignorando la mirada de sorpresa y el siseo indignado que salió de los labios del centinela, ante su rudo comportamiento.
***
Suspirando Zeph observó por un largo momento la puerta de roble oscuro por la cual salió aquella joven tan peculiar. No sabía que pensar sobre su actitud y respuestas, su brutal honestidad lo desconcertaba de una manera en que muy pocos lograban hacerlo. No dudaba ni por un segundo que aquella declaración sobre el festival, fuera verdad, su actitud confiada al decirlo, la forma en que siempre lo había mirado a los ojos con aquella inexpresiva mirada dorada y su lenguaje corporal relajado pero cauteloso, hacían que fuera imposible dudar de la veracidad de sus palabras.
No había podido crear un perfil claro de su personalidad, por lo que no sabía si era alguien que causaría o no problemas en el festival. La forma burlona y despectiva con la que se refería a su título le daba mucho que pensar, pero por otro lado no había sentido ningún signo de agresividad proviniendo de ella. De hecho, aparte de una ligera diversión y evidente curiosidad, no había podido sentir nada saliendo de ella. Ni una pizca de molestia, o aburrimiento, o siquiera satisfacción. Su energía básicamente era un pizarrón en blanco. Lo cual lo llevaba al siguiente hecho: no había podido detectar nada de energía mágica a su alrededor. Lo cual era imposible en alguien de la edad de ella, a no ser que fuera un imperium regilo, como él, pero incluso él a veces tenía excesos de energía mágica a su alrededor. No, ella debía ser una de aquellas personas que no tenía magia.
Decidiendo que no tenía razones para prohibirle participar en el festival, se colocó de pie y salió de la habitación, ansioso por marcharse de aquel lugar. Si los resultados de la investigación de Adal salían como creía entonces solo tenía que decirles a sus hombres que mantuvieran vigilada a aquella joven junto con el ogro.
Satisfecho con su decisión salió de la mansión sin esperar a que alguien lo escoltara. Realmente detestaba pasar tiempo en aquellos lugares tan innecesariamente lujosos.
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Instinto Animal
FantasyEllos detuvieron la guerra... Siglos atrás cuando Crystalia estuvo sumida en la oscuridad, un grupo de valientes tomaron la decisión que cambiaría el transcurso de la historia. Aseguraron que la magia prevaleciera y que los inocentes no sufrieran. A...