Capítulo 2

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Los sufrimientos son purificadores...

­­–Déjame preguntarte algo. –la voz de Louis sale en susurro esperando pacientemente en la puerta del restaurante al que acudiamos regularmente, el cual parecía no estar dispuesto a atendernos, mi amigo termina su pregunta. – ¿Por qué estás tan empeñado en desmantelar la ruta que transporta "la mercancía" de los Qing? – Recarga su mentón sobre mi hombre izquierdo, su mirada fija esperando respuesta.
Sacando las manos de los bolsillos de mí traje azul, quito su mentón y doy media vuelta buscando un lugar en el que podamos cenar.

–No es "mercancía" Tomlinson, son mujeres. – ¡Ah! Sinceramente, estaba hambriento.
Louis no contradice, en cambio, promete llevarme a comer a lo que él denomina; la mejor comida del lugar. No puedo negarme.

¿Puedo negarme a ir? Cuando hablaba de la mejor comida no imaginaba que me traería a este lugar, puedo deducir que mi expresión facial es el motivo de su risa.
– ¡Vamos, Vamos! No puedes juzgar al libro por su portada. – Me empuja hacia un pequeño local.
En menos de 5 minutos Louis ya se encuentra ordenando gran cantidad de comida, aun no estoy convencido de que sea buena idea. El mesero voltea en mi dirección esperando que ordene. No puedo hacer nada más que sonreír con incomodidad, leyendo rápidamente el menú ordeno lo que sea que no tenga carne.

Bajando la voz, observo a mi compañero.—Y bien, ¿Cómo va la investigación?

Louis detiene la mano bajando el tenedor al plato. –En realidad aún está un poco lento el proceso, todavía no he podido contactar con mi gente- – mueve la cabeza de un lado a otro. – Todo sería más rápido si me dejaras ir a buscarlos por mi cuenta...
– ¡No! si te dejo ir, las cosas se complicarían para Niall.
– Uh, uh, siempre es Niall, mejor acepta que es por ti. – Sonríe cuando la comida llega a su boca.
Sin embargo es cierto, ¿Quién me cubriría la espalda?, Sin embargo, solo sonrió y dejo que acabe su comida. – Trata de apresurar las cosas, no puedo seguir con el plan si no sé a quién me enfrento.

El traje azul que me acompaño durante todo el día por fin puede llegar a la lavandería, sobre el sillón rojo mi hermana sonríe ampliamente, solo atino a preguntar qué hizo mientras abro la bolsa de papas esperando su respuesta.

La tranquilidad en sus ojos hace desparecer la desesperación que cargaba, sonreí en cuanto empezó a hablar.

–En la mañana mientras paseaba por el barrio de mamá– su sonrisa desaparece– entre a comer a un lugar nuevo, en realidad no sé por qué lo hice, pero no me arrepiento. – habla rápido pero su voz es tranquila, como si no pudiera esperar más a decirme. – ¡Contrate a una persona para que nos cocine!

-¿QUÉ? – no sabía lo que esperaba pero definitivamente no un cocinero, ¿qué tenía de malo el que teníamos? – Sabes que no podemos dejar entrar a cualquier persona, no podemos confiar en cualquier persona.

– Lo sé, lo sé, pero te prometo que en cuanto pruebes su comida igual querrás que se quede. – su sonrisa vuelve a aparecer como si estuviera recordando el sabor. – Yo misma me encargare de que pasará los filtros, solo dale una oportunidad.

–Uhmm.—no acepto pero tampoco me niego, esperaré a conocer a esa persona.

~||Prohibido enamorarse||~ #ZiamPalik PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora