Franchesco y mi pesadilla

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Bianca:

Desperté en plena noche dando un grito en mi habitación. Esa pesadilla me había estado siguiendo desde hace tiempo, creía que había parado, pero ahora que llegué al Campamento, la pesadilla me volvió a atacar.

Yo me encontraba en un bosque, era de noche y el ambiente era frío y oscuro, no se oía ni el ruido de las hojas y el aleteo de algún ave. Estaba yo sola. Corría con el alma que lleva el diablo. Pisaba ranitas de arboles y hojas caídas. Sabia que algo o alguien me perseguía, trataba de escaparme a como de lugar. Sin embargo, tropecé con la raíz sobresalida de un árbol. Aquella cosa o persona que me seguía me alcanzo, de no ser porque estaba aterrorizada, le hubiera dado batalla. Aquella silueta refugiada en las sombras sacó un cuchillo de plata y se lanzó a atacarme., quedando yo con un dolor intenso en el corazón y cubierta de sangre.

Fue ahí cuando desperté.

La puerta se abrió y esperé encontrarme con mi hermano, él siempre había estado ahí cuando tenia esa pesadilla, pero no. Esta vez no me esperaba ver a Franchesco ahí.

-¿Todo en orden, Bianca? - me preguntó apoyado en el marco de la puerta.

Se había puesto una camiseta negra y unos pantalones de pijama de color negro. Sus ojos azules estaban sumidos entre sus largos cabellos. Estaba cruzado de brazos, como si intentara regañarme por algo.

-Si... - respondí con un hilo de voz - Estoy... Bien...

-¿Pesadilla?

Yo me limité a asentir. Estaba conmocionada por la pesadilla que no podía responder bien.

Franchesco, sin pedirme permiso alguno, se sentó en borde de mi cama al lado de mis pies dandome la espalda.

-¿Era un intento de asesinato?

-S-si... - murmuré

-Son constantes. Es por la condición que tenemos todos nosotros. Somos propensos a... Los sueños de semidiós.

-¿Sueños... De semidiós? - repetí sin entender

-Son sueños muy realistas. A veces los semidioses mueren en esos y... también mueren en la vida real. Son muy peligrosos.

-¿N-No hay forma de... impedirlos?

-No. No la hay. - dijo fríamente.

La habitación quedó en silencio. Él no se movía de ahí, hasta llegué a pensar que se había dormido. Yo estaba abrazando mis rodillas y me animé a hablar.

-Franchesco, ¿por qué mejor no vas a tu habitación?

-¿Me estás botando?

Él se volteó a mirarme y dejó descubiertos sus ojos clavándolos en mi mirada. Sentía mi corazón a punto de estallar, el ritmo era demasiado rápido.

-No. Yo solo...

-Pues peor para ti. - se subió a mi cama, se echó a mi lado y pasó sus entrelazó sus mano por detrás de su cabeza - Ya iba a irme, pero si tanto insistes en que me vaya, mejor me quedo.

Cuando dijo eso, lo primero que se me vino a la mente era la imagen de Antony furioso descubriendo a Franchesco en mi habitación. Eso me hizo sonreír y me cubrí con las sábanas dándole la espalda a Franchesco.

-Vas a tener muchos problemas con mi hermano mañana. - le comenté

-¿A poco no puedes librar tus batallas sola? - lo miré de reojo y vi como él sonreía.

-Claro que puedo. Pero Antony se va a molestar si te encuentra aquí mañana.

-Entonces me las ingeniaré para que crea que vine a hacerte guardia porque tu estabas teniendo una terrible pesadilla - ahí él rompió en risa

-Ya callate - le dije reprimiendo una sonrisa que él no iba a notar.

-Que tengas bonitos sueños - se burló riendo

No le hice caso. A los minutos de no poder dormir, sentí cono el cuerpo de Franchesco se removía y se juntaba a mi. Claramente estaba dormido, pero eso no evitó que mi corazón se acelerara por tenerlo tan cerca, y lo peor fue cuando sentí su respiración calmada sobre mi cuello.

No sé como pude conciliar el sueño con esta situación, pero lo hice.

Las horas que pase dormida parecieron minutos cuando desperté por estruendoso sonido de la puerta de la habitación estrellándose con la pared.

-¡¡¡Tú!!! - gritó Antony a Franchesco que también se había despertado de golpe - ¡¿Qué haces aquí?!

-Buenos días, ¿no? - dijo Franchesco esbozando una sonrisa mientras alborotaba su cabello.

Antony estaba rojo de la rabia y hacia rechinar los dientes.

-Antony, ya calmate, se van a romper tus dientes... - dije mientras me sentaba al lado de Franchesco

-¡¿¡CÓMO QUIERES QUE ME CALME SI ESTE DE AQUÍ SE HA METIDO EN TU CAMA!?! - chilló

-No es así... - murmuré - Franchesco me escuchó gritar anoche - ahí cono que Antony se relajó un poco, así que seguí - Tuve la misma pesadilla de siempre y Franchesco vino a calmarme.

-¿Y no se pudo ir? - murmuró Antony deshaciendo sus puños.

-Me quedé a montar guardia - dijo Franchesco sonriendo a mi lado - Por si tenia otra pesadilla. Así estaría más cerca para ayudarla.

Mi hermano se resignó y nos dio la espalda.

-Será mejor que se vistan para que vayamos a comer. - y se fue

-¿Me parece o dijo "será mejor que se vistan" como si estuviéramos desnudos? - preguntó el de los ojos azules con una sonrisa en la cara.

Los colores se me subieron al rostro y le pegué un almohadazo a Franchesco.

-Ya - dije - Ve a cambiarte que yo también tengo hambre.

Y Franchesco se fue riendo hasta su habitación, no sin antes devolverme el almohadazo.

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Bueno, no tengo nada que decir excepto que mañana empiezan mis clases en la escuela y puede que no pueda subir capítulos todos los días

*inserte carita de cachorrito demacrado*

¿Podrian comentar que días les gustaría que suba un capítulo o dos? Por favor, es necesario para que pueda seguir subiendo.

Por fa, comenten, y voten claro.

Los quiero mucho muchote!!!

Chau Chau!!!

~Ghost Queen

Broken FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora