Capitulo 28

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Y seguimos pa'lante!

La noche tranquila de la ciudad de Kuoh se mantenía por completo, a pesar del caos continuo que se había provocado durante el verano cuando el calor y con el las lluvias se atenuaban la paz que los viejos y oscuros callejónes poseían volvían a su habitual silencio.

Los cazadores de la oscuridad se ocultaban nuevamente ahora que las lluvias no los protegían de los mortales, si éstos los notasen revelarian el mundo sobrenatural, y si bien son monstruos y asesinos no eran idiotas, en su mayoría, y sabían que el mejor tipo de presa era la ignorante, si no sabían del cazador, que oportunidades tendrían de defenderse?

Este pensamiento calmaba y preocupaba enormemente a los protectores de los mortales, con las lluvias encontrar y eliminar a estos cazadores era fácil, su guardia estaba baja, pero en las calles silenciosas la suerte era el papel más grande, la suerte de encontrarlos, la suerte de eliminarlos, la suerte de llegar a tiempo.

Esto pesaba en la consciencia de los protectores, algunos más que otros.

Esto se reflejaba en especifico en uno, sus ojos normalmente joviales y amables, con un toque de diversión gran parte del tiempo, ahora mostraban una tonalidad acerada, como si dos dagas hechas de cobre cortaran el aire frente a ellos, pero a pesar de esto no había ni ira u odio en ellos, solo cansancio y resignación, pero con una fuerte voluntad detrás de ellos.

Este protector en especifico mantenía en el su traje de combate, la tela roja brillante se movía ligeramente con las corrientes de aire que pasaban por la corniza donde se encontraba sentado.

La tela que cubría su cabeza y parte del rostro se movió para mostrar una blanca máscara que aludía a una calavera humana, donde los agujeros de sus ojos deberían estar unos párpados cerrados evitaban que la vista hacia el interior revelarse algo, además del ligero brillo que el portador podía dejar salir a voluntad.

El silencio de la noche fue cortado por una leve voz que pedía auxilio, sin pensarlo dos veces el protector ya estaba en camino, avanzando a través de los techos de la ciudad evitando con facilidad cualquier obstáculo, en caso de no poder evitarlo entonces solo se transportaba hacia el lado contrario del mismo, en menos de diez segundos el protector ya estaba sobre el lugar donde el grito se había escuchado, sin siquiera ver o confirmar el estado en el suelo salto, evitando por milímetros que los dos seres dentro del pequeño callejón entrarán en contacto.

Aprovechando los segundos de sorpresa y conmoción de ambos el protector analizó su situación.

Frente a él se encontraba un señor algo mayor, unos cincuenta años, sentado en estado de shock y con miedo claro en sus ojos.

Por su espalda se encontraba un joven no mayor de veinte años, su aspecto sería completamente normal si en su mano derecha no se encontrase una daga extremadamente larga y si su mandíbula no pareciese a punto de dividirse por la mitad.

El joven fue el primero en actuar, se lanzó hacia el protector con la daga levantada con el objetivo de clavarla en cualquier parte del cuerpo.

Joven: El es mio!!

La voz, clara para el protector, resonó como una amalgama de voces, ruidos y asperezas en los oídos del hombre mayor, cosa que lo aterro aún más.

Cómo si predijiese los movimientos de su contrincante el protector detuvo la daga de forma casi comicamente fácil, en ese momento también hizo un ademán con su otra mano que provocó que el hombre mayor retrocediera por un "golpe de aire" casi hasta el final del callejón, cosa que el hombre aprovecho para sacar su teléfono celular.

Al notar que su "presa" estaba a punto de salir de su alcance el joven atacó de forma apresurada al protector frente a él, el protector simplemente desvío la daga, tomó el brazo del joven y logro redirigirlo hacia la garganta del mismo, provocando que su propia daga atravesará su garganta.

El mago de EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora