Capitulo 38

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El ambiente dentro del comedor se volvió incomodo, los dos dioses griegos estaban absolutamente tensos esperando cualquier tipo de ataque o amenaza por parte de la primordial, cada movimiento por mínimo que fuera provocaba que ambos se prepararan para defenderse o atacar inmediatamente, los ojos de Hestia habían abandonado todo rastro de su tonalidad café cálida habitual y un color dorado lleno de poder tomo su lugar mientras los orbes no abandonaban en ningún momento a la primordial, hasta el punto en que la normalmente amable diosa no parpadeo en ningún momento.

El fuego y calos casi parecía emanar de ambos dioses antes de que Shirou se interpusiera entre ellos y la primordial.

-esta bien, esta bien, no vamos a iniciar peleas aquí adentro – la rapidez en la voz del semi dragón demostraba su prisa por detener la situación que podía escalar a una pelea de nivel deidad fácilmente y en segundos.

-pero Shirou ¡es Gaia! ¡es peligrosa! - hablo fuertemente Apolo, pero sin llegar a gritar

-y también es mi abuela – fue la respuesta de Shirou, está un tono natural, casi como si hablara del clima.

Los dos que ignoraban tal relación se quedaron paralizados por unos instantes, Hestia miro a los dos por unos segundos antes de que su poder empezara a retraerse hacia dentro de si con duda, por su parte Apolo miro atentamente a Shirou por unos segundos antes de voltear su mirada hacia Gaia, otra vez su mirar duro solo unos segundos antes de voltear hacia Shirou nuevamente y empezar a repetir esto.

-parece ser cierto – murmuro suavemente la diosa del hogar habiendo notado la relación de ambos por medio de su dominio sobre el concepto de familia - ¿y como escapo del sello Lady Gaia? –

El tono de voz de Hestia era un tanto formal, pero había perdido gran parte de la tensión que había abrumado el ambiente hacía unos segundos.

-¿Lady? Por Caos no, dime Gaia querida y por favor, el sello solo me soporto como un siglo y medio, después pude salir fácilmente, sin mis poderes, pero al menos no estaba aburrida – la voz de la primordial era jovial y tranquilo -oh siéntense, Shirou preparo postres –

Dudosa la diosa del hogar tomo asiento, pero su atención no dejo a la primordial en ningún momento, al notar que todo se estaba calmando rápidamente Shirou soltó un suspiro antes de moverse rápidamente a la cocina para llevar mas bocadillos para sus nuevas visitas, tomo los postres favoritos de cada dios y los llevo a la mesa con el fin de que sirviesen de distractores. En su paso de regreso al comedor Apolo detuvo su cabeza que se había seguido moviendo de Gaia a Shirou y miro atentamente a este último.

-¿están seguros? no veo el parecido – Ante lo dicho por el dios del sol la primordial se rio de buena gana, era cierto que ambos no compartían características.

-eso se resuelve fácilmente pequeña luciérnaga – Gaia entonces empezó a cambiar físicamente frente a todos, siendo Shirou y Kuroka los únicos que habían conocido a Engla fueron los que notaron que su nuevo aspecto físico era similar a una Engla mayor, aunque sus ojos diferían de color y tenia algunas diferencias faciales mínimas, pero para cualquiera que conociera a Engla se darían cuenta de que la mujer frente a ellos era su familiar.

Ereshkigal fue la primera que noto las obvias similitudes entre Gaia y su, aparentemente, esposo aparte de su cabello casi igual algunas de sus facciones del rostro eran parecidas así como la forma de su nariz y la manera en que sus ojos eran suaves, su voz también tomo un tono muy similar a la agradable voz del pelirrojo, pero la diosa prefirió mantenerse en silencio sin atraer la atención a si misma, aunque cierta gata noto esto así que de forma lenta y sin llamar la atención la abrazo con suavidad.

Apolo miro por unos instantes el nuevo aspecto de Gaia ahora notando las similitudes entre Shirou y la misma antes de que su cerebro carburara el apodo que la primordial había usado en él, una mirada ofendida apareció en su rostro, abrió su boca listo para defenderse, o posiblemente quejarse, pero con un ademán Hestia cerró su boca evitando que cualquier palabra saliese. A pesar de ser uno de los hijos más amables y abiertos de mente de Zeus Apolo tenía sus momentos en los que se parecía demasiado a su padre, especialmente en su capacidad para meterse el pie en la boca, a veces la verdad es una bendición, pero mayormente es una maldición.

El mago de EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora