Capitulo 27

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No me pertenece nada, derechos a sus respectivos autores, ya lo dije!

La noche era completamente tranquila en la ciudad de Kuoh, la temporada de lluvias en su pleno apogeo se hacía notar con las lluvias presentándose casi todas las tardes o noches, esta noche era una de esas, lluvia ligera caía en toda la ciudad creando un sonido tranquilo y la falta de aires fuertes permitía que la gente trabajará tranquilamente en sus trabajos nocturnos o que viajarán tranquilamente por la tierra de los sueños.

Al menos a la mayoría.

En cierto hogar una persona se encontraba un hombre joven que no paraba de moverse con inquietud, este era nuestro protagonista.

Sus sueños, particularmente, se encontraban llenos de rostros, cada uno de ellos conocidos, cada uno recordado con pesar.

Las únicas palabras que habían sido compartidas con el por cada una de las personas resonaban en su cabeza, disculpas, arrepentimientos, agradecimientos, odio, cariño, las múltiples intenciones y sentimientos se expresaban en el pequeño espacio oscuro donde Shirou se encontraba.

Todo se repetía incesantemente, cada vez con más volumen, fuerza, ira, miedo.

De un momento a otro el escenario cambió, ya no estaba en el pequeño cuarto oscuro, ahora estaba en un callejón, las voces no se detenían, cada vez tenían más fuerza, en sus manos apareció una espada blanca pura, fragmentada, su filo roto cubierto de sangre, así como sus manos, frente a él cada uno de los rostros empezó a transformarse en cadáveres, acumulándose al final del estrecho callejón, la sangre salía del montón como pequeños ríos de dolor, las palabras que salían de sus bocas fueron reemplazadas, todas y cada una de las voces corearon al mismo tiempo una sola frase.

"Fue tu culpa"

Una y otra vez, en cada ocasión el odio transmitido por las palabras era mayor, Shirou intentaba negarlo, protegerse, disculparse, pero su voz fallaba, sus manos temblaban, todo su cuerpo no respondía.

Cuando su mirada se elevó desde la espada en sus manos hacia la pila de cadáveres frente a él noto como cada uno empezó a expresar los mismos sentimientos que escuchaba en el coro que resonaba en sus oídos, en nada de tiempo, el coro cambió a ser gritos horrendos, lo que llevo al soñador a despertar exaltado, temblando y listo para pelear por su respuesta instintiva de luchar o huir.

En su estado aturdido provocado por su despertar repentino noto una sombra ubicada en la misma habitación y se acercó a él moviendo sus brazos en su dirección.

Su primer reacción fue proyectar una espada negra con un diseño hexagonal por todo su filo, las líneas que marcan las aristas de cada uno de los hexágonos era de color carmesí opaco, esta espada era Kanshou, una de las dos espadas casadas.

La espada fue proyectada en su mano izquierda y su mano derecha fue hacia su futon, controlo la lana dentro del mismo y tres agujas delgadas hechas de la propia lana se dirigieron al mismo tiempo que la espada hacia la figura.

Está mostró sorpresa por un momento antes de encender un fuego azul en una de sus manos y bloquear las tres agujas y detener la espada tocando suavemente la mano de Shirou quien había reconocido a la persona frente a él gracias al propio fuego que iluminó a la figura.

Ereshkigal: soy yo Shirou, calma.

Hablando de forma suave la ahora reconocida Ereshkigal se acercó y abrazo suavemente a Shirou quien aún en un estado aturdido y un poco de shock debido a quien atacó solo atinó a regresar el abrazo y soltar unas cuantas lágrimas que no era consciente que el guardaba.

Ereshkigal al sentir las lágrimas de Shirou en su hombro lo abrazo más fuerte y lo dejó recargar la cabeza de Shirou en su hombro hasta que esté se durmió.

El mago de EspadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora