El mago de Espadas

capitulo 36

Este capítulo puede ser un poco más lento pero espero que lo disfruten.

Shirou aprendió algo rápidamente, las reuniones en el Winzegamot eran aburridas, entendió perfectamente porque Wukong quería escapar de estas, por supuesto esto lo condenaba a él por lo que no pudo evitar maldecirlo en voz baja, cosa que provocó una pequeña risa en su maestro con oído hipersensible.

Siendo éste el órgano mágico político más importante de la tierra se esperaría que los temas a tratar fueran importantes o al menos interesantes, pero en cambio las reuniones eran largas, aburridas y repetitivas, un grupo de viejos, mayormente, hablaban de distintos temas de poca importancia que apenas afectaban a la población civil o a un grupo importante de personas, cosas como el grosor de los calderos utilizados para preparar pociones eran principalmente lo discutido.

Y por sobre todo lo más irritante estas reuniones no eran los temas, sino los participantes, la gran mayoría eran tradicionalistas qué se apegaban firmemente a su cultura y se negaban a ver la perspectiva del resto pequeños cambios tardaban semanas en efectuarse, cosa de la que ya se le había advertido pero honestamente no esperaba que fuera tan acertado, algunos de estos tradicionalistas veían con malos ojos a personas que tenían sangre no humana dentro de sí, los llamados mestizos y debido a que varios representantes de algunos países tenían esta característica se negaban a siquiera hablar con ellos considerándolos algo inferior a los humanos.

Ser el representante de japón en este cuerpo el particular no era peleado, al principio creyó que era debido a la importancia, cuando después de su primera reunión descubrió que era debido a las personas con las que tenía que encontrarse y comprendió porque a pesar de no tener entrenamiento real dentro de la política 2 de las personas más importantes políticamente dentro del país, hablando mágicamente por supuesto, le dieron su bendición sin dudarlo 2 veces para que se dirigiera a este cuerpo político.

Lo único bueno que nació de esta reunión, al menos desde la perspectiva de Shirou, fue conocer por primera vez a una persona que reconoció de su primera vida, Albus Dumbledore el mago más poderoso política y mágicamente de Gran Bretaña y quien le reveló de forma no intencional quién era el tercer héroe que podría encontrarse.

Honestamente él esperaba encontrarse con este mago y hablar con él, era conocido por su sabiduría y su gran lengua de plata, sería interesante tener una conversación si bien no a solas pero sí en particular, desafortunadamente su sentido de la moda no era particularmente bueno, vestía una túnica de mago, similar a una bata de baño a pesar de lo que todos los tradicionalistas dijeran, de color pastel con una serie de pequeñas piruletas caricaturizadas animadas para que se vieran en movimiento y un pequeño duende feliz en un gorro puntiagudo alto que bailaba mientras las paletas flotaban, y eso era sumamente extraño.

Fueron aproximadamente entre 6 o 7 horas las que duró la reunión durante todo este tiempo él se mantuvo despierto y atento escuchando los temas esperando que alguno interesante saliese o que le diera una mejor perspectiva sobre el mundo mágico, para su desgracia sólo un tema en particular llamó su atención, el de los hombres lobo una enfermedad que volvía a las personas incontrolables y extremadamente peligrosas durante las noches de luna llena, afortunadamente existían distintos métodos para mantenerlos contenidos para evitar que otras personas saliesen heridas o infectadas pero ese no era el tema que se trataba. En cambio, querían disminuir los derechos que estas personas poseían y volverlos algo similar a animales, una ley que nació en la Inglaterra mágica, a pesar de lo en contra que se veía el señor Dumbledore de siquiera sacar el tema para la reunión.

Esto le dio una perspectiva muy clara a Shirou de qué esperar del mundo mágico, por lo que al finalizar la reunión despertó a su maestro quien dormía plácidamente a su lado a pesar de su "importante presencia dentro del cuerpo" y ni siquiera prestó atención al único tema importante que se planteó.