Parte 14 Es difícil controlarse contigo

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Abrió los ojos cuándo la luz que entraba por la ventana empezó a impactar en ellos, se restregó uno con el dorso de la mano. Se desubicó un poco al darse cuenta de que aquella no era su habitación, pero al segundo siguiente recordó que era la de Lexa y lo que había pasado la noche anterior, y volvieron a acelerársele las pulsaciones y a sentir aquel líquido denso y caliente en la boca del estómago, automático y al instante, sin necesidad de ningún estimulo más que un simple recuerdo fugaz. No había sido un sueño ¿Verdad? Comprobó que estaba desnuda antes de girarse despacio y ver a Lexa durmiendo a su lado, estaba de espaldas a ella y se entretuvo mirando su espalda, su pelo cubría la mitad superior pero dejaba al descubierto su hombro, siguió bajando por ella, tuvo la gran suerte de que la sábana apenas tapaba parte de su muslo y sintió de nuevo presión en su bajo vientre al poder ver su cuerpo desnudo, se sentía un poco pervertida mirando su culo de esa forma, pero es que joder... no era un culo cualquiera y por fin pudo ver en todo su esplendor en tatuaje, que así impactaba mucho más. ¿Era normal ponerse cachonda en medio segundo por verla así? Joder, que se había despertado desnuda en cama ajena por voluntad propia, concretamente en la cama de Lexa, lo había soñado muchas veces desde que la conoció y no se podía creer que hubiera pasado de verdad, que estuviera pasando en la realidad correcta, sintió una corriente en la columna al ser consciente de que sí, que habían hecho el amor la noche anterior y se acababa de despertar al lado de la mujer que le robaba el aliento, de la que había empezado a enamorarse, raro y alucinante a la vez, otra cosa que solo podría pasarle con ella. Se acercó a la morena para besar su hombro pero Lexa no reaccionó, la sentía respirar de forma pausada y relajada y sonrió cómo una tonta, acarició su costado con el dedo, la escuchó emitir un sonido extra adorable y volvió a sonreír, no hacía falta repetir que era la primera mañana en toda su vida en la que se estaba sintiendo así y deseó poder despertarse a su lado el resto de ellas, acarició la parte baja de su espalda y pasó el dedo por su tatuaje, Lexa se quejó y se tumbó boca arriba. Joder, que guapa estaba. Miró atentamente sus pechos, perfectos por naturaleza, cómo toda ella y que alteraban su interior de manera bastante eficaz, su vientre desnudo era una jodida maravilla. "Dios, eres una puta pervertida que se ha puesto jodídamente cachonda por ver a una chica desnuda dormir" Se dijo a sí misma, pero lo que sentía, lo que se mezclaba con su parte pervertida le hacía saber que no se había puesto así por eso, si no porque era Lexa y sus sentimientos por ella no eran pervertidos, eran sinceros y cada vez más profundos.

Se acordó de algo y pensó "¿Y si...?" Pero joder... no tenía claro si era buena idea, aunque a ella le parecía acojonante y no perdía nada por intentarlo, si tenía que abortar misión estaba a tiempo en cualquier momento. Vale Clarke... te lo dijo ella...

La destapó despacio, las sabanas recorrieron la piel de sus piernas delicadamente y pudo observarla completamente desnuda a ante sus ojos, aquella imagen tenía un efecto devastador en su fisiología, acarició sus muslos mientras se colocaba de la mejor manera posible. Lexa se movió y ella le separó despacio las piernas. Lo lamió despacio una vez y la morena racionó. Lo hizo así hasta que empezó a mojarse por motivos distintos a la humedad de su lengua. Quería asegurarse de que Lexa quería que aquello pasara de verdad y besó sus ingles mientras acariciaba sus muslos. No sabía si la chica estaba despierta o no, pero que pusiera la mano en su cabeza y acariciara su pelo le dio a entender que sabía lo que estaba pasando y entonces volvió a lamerla de nuevo, mirando hacía ella y pudo ver cómo se mordía el labio inferior. Pfff joder, cada vez que hacía aquello la volvía loca. Se mojaba cada vez más a medida que ella se lo comía y Lexa empezó a ejercer presión en su cabeza emitiendo sonidos que la ponían más cachonda. Siguió comiéndoselo, centrándose en su clítoris que se había infamado a causa de su lengua y de sus labios. Comenzó a mover sus caderas sobre su boca y a jadear y gemir. Minutos después se había corrido jodídamente increíble en su boca y respiraba acelerado sobre el colchón. Estaba deseando poder besarla otra vez. Trepó por su cuerpo y Lexa la recibió con un beso de puta madre mientras tiraba de sus caderas para que se dejara caer sobre ella. ¿Miedo? ¿Qué es el miedo?

She is SpecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora