"Lex,quiero estar contigo,Lex¿Quieres salir conmigo?Lex¿Quieres ser mi novia?"

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Una semana más y seguían sin ponerle etiqueta a su relación, quería llevar el ritmo que quisiera Clarke, y le valía, porque aunque no tuviera nombre, todo indicaba que iban en la dirección adecuada y era cuestión de tiempo que la rubia diera alguna señal con la que poder formalizarlo todo. Habían mantenido el cupo de tiempo en el que se vieron la semana anterior, a pesar de que Clarke se había tenido que quedar alguna hora de más en el trabajo y ella había tenido que desplazarse para cumplir con el suyo. Contrarrestaron esos inconvenientes porque consiguió convencer a Clarke de que se quedara a dormir en su casa el miércoles, pijama ya no le hacía falta, porque se dejó uno de los suyos aquel fin de semana, le compró un cepillo de dientes y lo único que tuvo que hacer fue pasar por casa a por algo de ropa para el día siguiente. Por esas cosas lo de estar sin etiqueta no le parecía tan importante, para ella ya estaban saliendo, solo faltaba que la rubia lo confirmara. El viernes no tuvo que convencerla de nada, cenaron en su casa y lo de quedarse a dormir iba implícito, ninguna contemplaba otra opción que no fuera aquella. Lincoln estaba encantado de tener la casa para él y a Raven le pasaba lo mismo cuándo era ella la que abandonaba el nido. Esa mañana irían al jardín japonés del parque Washington, tenía muchas ganas de que aquella fotografía le saliera bien y aquellos nervios en la boca del estómago eran buena señal. Tan solo era un concurso sin más repercusión que tener el honor de presidir una de las paredes de la facultad, pero para ella sería un impulso más que la motivaría a arriesgarse a abrir su propio estudio. Estaba esperando a que Clarke subiera a casa porque se había empeñado en bajar a comprar el desayuno y Raven, que parecía algo inmersa en sus pensamientos, la había alentado porque así le traía algo también a ella.

La recibió con un beso, la ayudó cogiéndole una de las bolsas que llevaba en las manos, a lo mejor había pensado que eran diez para desayunar ese día en casa.

Tengo un problema - Comentó Raven dándole un bocado a su bollo de chocolate, presente en el 99% del contenido de las bolsas, quizás se le coló uno sin querer y a lo mejor la rubia era un poquito adicta. Ambas se miraron antes de centrar la vista en su amiga -

¿Qué problema? Esta mañana estás un poco dispersa - Empezó preguntando ella -

Cómo ya habréis empezado a sospechar... me estoy acostando con una pareja... - Algo se olía si, había pruebas tan evidentes como que el domingo anterior Clarke y ella se los habían encontrado en pijama a las tres de la tarde cuando volvían del centro comercial, por no mencionar que a veces se paseaban en ropa interior. Vio a Clarke sonreír y darle un trago a su chocolate con medio dedo de leche y ella sonreía porque siempre le pasaba lo mismo y siempre le parecía igual de adorable -

Alguna ligera idea nos hacemos ¿Qué problema hay? ¿Se te quedan cortos? - Escuchó a Clarke reírse y automáticamente lo hizo ella, provocando que la latina le lanzara una mirada de pocos amigos -

No... más bien, me sobran - Clarke y ella volvieron mirarse y la rubia dejó el vaso sobre la mesa -

¿Quién te sobra? ¿Ella o él? - Habló esta vez la rubia -

Él... a ver... no me malinterpretéis, me gusta, pero creo que estoy sintiendo algo más por su novia. Todo esto empezó como un simple juego y creo que se me ha ido un poco de las manos, y no se lo qué hacer

Habla con ellos - Propuso ella y su amiga la miró poco convencida -

¿Qué harías tu? - Raven miró a Clarke, que la observaba atenta. Genial, ahora su opinión no importaba -

¿Yo? Depende ¿Qué Clarke quieres? ¿La de hace un par de meses o la de ahora? - Joder... es que estaba remarcando la diferencia y sabían que ambas Clarkes no se parecían demasiado y todo era por ella, le cosquilleó la boca del estómago y le desgastó un poco las facciones aunque la rubia no la estuviera mirando -

She is SpecialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora