She is Special

Parte 11 Lexa tenía razón... a la mierda el control

Estaba dispuesta a mantenerse firme en su decisión, no le iba a dar la oportunidad de hacerle daño otra vez, ni a ella ni a nadie, y de paso acabaría con aquel drama interno personal, si Lexa salía de su vida, ella la recuperaría tal y cómo la conocía, drástico, pero seguro que más efectivo que cualquier otra cosa que se le pudiera ocurrir, no era lo que quería, pero era lo que debía y la vida se lo había puesto en bandeja, un "Toma, aquí tienes la solución, de nada" A lo mejor tenía que ser así y punto.

Era cierto que no esperaba que fuera a su casa a aquellas horas, buscándola para pedirle perdón, y aunque la creyó desde el principio, no podía ceder, sería lo mejor para las dos. Le estaba resultando difícil verla así allí diciéndole aquello y mantenerse firme, le estaba costando mucho porque quería abrazarla y decirle que todo iba a ir bien. Si miraba aquellos ojos ella no era nada y su voluntad se anulaba, por eso tenía que evitar hacerlo, se alejó de su lado porque su corazón y su cerebro estaban inmersos en un conflicto de intereses. Pero cuándo la vio llorar así, el conflicto acabó de golpe, súbitamente y se le partió el alma. "Joder Clarke, mira lo que has hecho, arréglalo" Nunca se había sentido así, quiso correr hasta ella, pero las piernas no le funcionaban demasiado bien, así que caminó hasta sentarse a su lado. Estaba claro que era muy importante para la morena, y aquella reacción esa misma mañana no la había entendido, pero ahora mismo le daba un poco igual todo lo que no fuera hacerla sentir mejor, porque odiaba verla llorar y lo odiaba más si encima era por su culpa. Otra excepción más a su inflexibilidad emocional, si hubiera sido cualquier otra, no le hubiera abierto ni la puerta y le hubiera dicho claramente que se fuera a la mierda o dónde le pillara más cerca y que no quería volver a saber nada más de ella, pero con Lexa no podía hacer eso, a Lexa la necesitaba cerca aunque la hubiera hecho sentir mal. Estaba arrepentida de verdad y había ido a buscarla aún sabiendo que se arriesgaba a que la terminara echando de allí. No sabía cómo actuar en aquellos momentos, no sabía que hacer ni que decir, mientras su cuerpo estaba descontrolado por dentro. Decidió jugar simple, consiguió abrazarla y pedirle que no llorara porque le estaba doliendo a ella también, le dolía verla llorar así y saber que lo que sentía para llevarla a hacerlo lo provocaba ella, la removió por dentro de una forma muy desagradable. Quería consolarla y la opción de terminar con aquello se convirtió en inviable, desechada a la primera de cambió.

Se tensó al escucharla hablar, al escucharla sollozar así mientras le decía todas aquellas cosas y terminó llorando ella también, porque no quería perderla tampoco y se frustraba por necesitarla tanto, lloró porque se resignó a aceptar lo que sentía por Lexa, con todas las consecuencias que aquello llevaba detrás, pero es que le daba un poco igual en aquel preciso momento. Solo quería hacerla sentir mejor, que le quedara claro que todo estaba bien y besarla, quería besarla mucho, secarle las lágrimas y besarla más, dejarse llevar por una vez en la vida y que lo que pasara después tampoco le importara. Tanto si Lexa salía corriendo como si se quedaba, aceptaría lo que pasara y se haría cargo de sus sentimientos tanto si dolían como si no. Se había dado cuenta que no podía luchar contra aquello, contra lo que sentía, era demasiado fuerte y alejarla era de cobardes, porque la quería más cerca, el miedo era de cobardes y ella no lo era, o al menos no quería serlo. Había tenido que verla así para darse cuenta.

Ni de coña iba a dejar que se fuera de allí y quería volver a dormir pegada a ella, a lo mejor así podría conciliar el sueño, pero no la besó y no la abrazó porque creía que Lexa no quería y por muchas ganas que tuviera de hacerlo, la ex de aquella chica estaba en medio de las dos, impidiéndole cualquier movimiento. A lo mejor no era el momento para hacerlo, quizás tendría que aguantarse un poco más las ganas para no estropearlo todo después de acabar de arreglarlo. Seguiría ahí para ella y punto.

Si que se sintió un poco pervertida mientras la miraba cambiarse de ropa, las señales más físicas se las sabía de memoria y aquella presión tan agradable en el bajo vientre era de sobra conocida, pero mucho más cálida que otras veces y la llevó a pensar "Ojalá pudieras besarla" en lugar de "Ojalá pudieras tirártela" Y ya ni le sorprendía, de hecho no esperaba otra cosa, con Lexa todo era diferente y aquello no iba a ser una excepción. La verdad era que no tenía ni idea de cómo iba a actuar ni cómo iban a ser las cosas a partir de aquel momento, tendría que ir aprendiendo sobre la marcha, igual que aprendió a ser como era hasta entonces y tenía que estar preparada si aquel camino la llevaba a pasarlo mal, tendría que gestionarlo de alguna forma que por supuesto también tendría que aprender.