Alicia🌸 |Destino #1✔ +18 | En corrección|

Bomba

Capitulo largo.

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Abro mis ojos con un poco de pesadez al mismo tiempo que giro mi rostro hacia la mesita de noche. Estiro mi mano cogiendo mi celular, y visualizando  la hora en la pantalla; seis de la mañana.

Regreso el celular a su lugar anterior y me levanto completamente de la cama. Rasco mi cabeza con ambas manos, alborotandolo.

Ahora bien, mientras retiro el pijama y camino hacia la ducha solo me quedo pensando

¿Qué cosa diferente pasara hoy?

Alguna Aliciada.

Pues sí, cada día me ocurre algo vergonzoso, pero no entremos en detalles, ya que suficiente tengo con lo que sucedió ayer en el campus con Eithan.

Si puso aquella nota es porque obviamente, se dio cuenta que lo estaba mirando, pero la pregunta es la siguiente ¿Cómo? No se dio cuenta que lo estaba contemplando en el momento, así que lo único lógico es que alguien me observo y luego le dijo en definitiva, si.

Además, tuvo la osadía de ir hasta mi bolso e introducir esa nota y claro está que fue cuando me desvié a servicios médicos en fin, solo hace las cosas para hacer guindar de un hilo mi paciencia en este juego en el cual; ninguno quiere perder.

Y para poder mantenerme firme debo hacer desaparecer mis sentimientos por él. 
Después de unos minutos en que logro salir del baño al culminar con toda la rutina en el mismo, caminó directamente hasta mi closet buscando otro uniforme del instituto y a su vez, un blusón para poder bajar a desayunar antes de vestirme.

No obstante, recuerdo aquella caja de regalo por lo tanto, me giro sobre mis talones y encamino  hasta mi escritorio, sujetando el objeto y saliendo de mi habitación.  

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Ahora bien, se supone que debería preparar no se algo muy al estilo de la cocina japonesa o alguna de las descendencia de mis padres, pero aun soy una inexperta en esa área o sea, se cocinar y debo decir que muy bien, aunque reconozco que mi hermano se destaca un poco más en aquellas recetas.
Por lo tanto, solo decido hacer desayuno ligero para el instituto en cambio para el desayuno, algo aun más liviano.

Escucho el sonido de una puerta y reconozco por su rechinido, que proviene de la habitación de mi padre. Por ende, retrocedo unos pasos saliendo al pasillo, mientras conservo en mi mano derecha la espátula de la cocina y en la izquierda un tenedor.
Puedo escuchar el sonido proveniente de la escalera y luego de unos segundos; visualizo a mi padre.

—Hola, mi hermoso botón de cerezo —comenta al llegar al último escalón y posteriormente se acerca en mi dirección agarrando mis mejillas  y apretarlas.

—Hola, mejor padre del mundo. —Lanzo besos.

—¿Quién es lo más hermoso de papa?  ¿Quién, Quien? —pregunta haciendo morritos y hablando  diminutivamente como si se tratara de un bebe.

Esbozo una sonrisa ante su manera de hablar y actuar pues, no me puedo quejar de su afecto, aunque antes era peor.

Resulta que hace dos años cuando me dejaba en el instituto me decía
—¿Donde está bebe? —Y si, delante de todos los estudiantes que se encontraban afuera.