2.1-Give up- BosstonDon- Finalizada

Primer caída

Don se encontraba inquieto, había pasado el día completo en casa descansando, odiaba llorar dado a que el día siguiente de ello su rostro se inflamaba en extrañas áreas. Sabía que pedirles a sus mejores amigos que mintiesen por él no estaba bien pero sus ojos habían estado tan hinchados cuando el mayor se presentó en su casa que no quería ser visto de esa manera, no era bueno mintiendo y no planeaba preocuparlo. Pero el menor tenía un problema más grande que el simple hecho de ignorar a su superior favorito. Se encontraba sentado en uno de los banquitos al lado del puesto de comida, con las dos mujeres charlando entre ellas preparando el plato de uno de los comensales.

-Está listo.- la mujer alta le entregó un tazón.- La mesa de la pareja.
Don asintió tomando el encargo.- ¿La pareja?
-Así es.- Woodie respondió con una sonrisa.

Mordió su labio inferior y caminó hasta su destino. Colocó el postre frente de la acaramelada pareja y se retiró. Don ayudaba a su madre cuando era pequeño pero no se comparaba a un trabajo real. El pequeño cachorro le había rogado a Can que lo llevase al puesto de comida, algo lo preocupaba y cuando aquello pasaba le era difícil sacarlo de su mente. Le sorprendió de sobre manera el que Bosston no se encontrara en el lugar. Las mujeres mayores le preguntaron si había llegado a cubrir al mesero y este solo pudo asentir.

-Te lo digo.- habló Hoodie.- Son dos puntadas.
-No.- replicó Woodie.- son cuatro de dos.
-Quedará muy grande.
-Y el tuyo muy pequeño.

Don se aburría cuando no llegaban comensales y se estresaba cuando estos aparecían dispuestos a devorar todo lo que ofrecían. Escuchar a las mujeres discutir con sus bufandas era divertido pero cuando pedían su opinión se sentía presionado. Le había enviado un par de mensajes al superior pero este no daba señales de vida. Su ansiedad aumentaba con el pasar de las horas.

-¿Te encuentras bien, cariño?- Hoodie preguntó al notar al cachorro taconear nerviosamente.
-No lo sé.- confesó dejando de mover el pie.- Solo tengo un mal presentimiento.
-¿Quieres un vaso de leche tibia?- Woodie ofreció con amabilidad.
-Estoy bien, gracias.

Su móvil vibró con un mensaje y todo su interior se estremeció ante el nombre del emisor. Abrió el mensaje y no comprendió de qué se trataba. No habían palabras respondiendo o alguna diciendo algo que el pequeño entendiese. Frente a él se encontraba una dirección, sin nada más que le explicase que necesitaba. El miedo llegó a él rápidamente al buscar la dirección en internet.

-¿Está todo bien?
Y una vez más, el pequeño cachorro fue incapaz de hablar.
-No creo que esté bien.- la más pequeña movía sus manos tratando de darle aire al jovencito.
-Yo… tengo…
-Tranquilo, no tienes que apresurarte.
-P'Bosston…
-¿Está en problemas?
Respiró profundamente y dejó salir el aire lentamente.- Creo que lo está.
-Entonces deberías ir a ayudarlo.- Hoodie habló.
-Pero…
-Nada de peros.- lo detuvo Woodie.- Nosotras podemos continuar sin ti.
-Pero…
-Don.- la mayor tomó sus mejillas entre sus suaves manos.- Hemos hecho esto por muchos años y estamos acostumbradas. Recuerda que contratamos a Bosston para ayudarlo ¿Por qué debemos ser un impedimento para que le ayudes?
-Pero…
Las dos mujeres mayores le sonrieron.- Vete.

Don no necesitó más, realmente no quería irse y dejar su puesto vacío pero ellas tenían razón. Entró en un taxi y le indicó al conductor su destino. Algo se estremeció dentro de él de nuevo, el bar en el que se encontraba el mayor no era el de Off y eso lo preocupó aún más. Sabía que su primo lo convencería de no beber pero en un lugar con extraños… a Don se le entristeció el corazón. El lugar era descuidado y si el trabajo de su primo le daba miedo este estaba a punto de provocarle un desmayo. Las personas a su alrededor eran en su mayoría hombres de aspecto poco cuidado, se sentía tan pequeño en comparación. Respiró profundo el aroma a sudor y distintos olores que no quiso indagar. Estaba tratando de mantenerse tranquilo y parecía funcionar. No. Tenía miedo, en realidad sus piernas temblaban y sus manos sudaban ¿Debería haber llamado a alguno de sus amigos para no ir solo él? Sabía que era lo más lógico pero a su vez no sabía si Bosston podía desaparecer o incluso meterse en problemas mientras conseguía escolta.