2.1-Give up- BosstonDon- Finalizada

Primera vez

Una noche de disfraces. Era la primera vez que había sido invitado. En realidad no, pero si era la primera vez que alguien lo había invitado específicamente a él y no como excusa para que Del aceptase. Una invitación fue entregada en su buzón una semana atrás: Fiesta de disfraces, Organizada por la facultad de audiovisuales de la universidad Waan. Fiesta de Halloween en pleno Abril. Conocía a Fluke ¿Quién no lo hacía? El jovencito de audiovisual era famoso en todas las universidades ya sea por mérito propio, su padre o por ser el único amigo del heredero de la cadena televisiva más grande de Tailandia y amor imposible de su primo. Don no podía creer que su nombre estaba escrito en la invitación.

— ¿Estás seguro que debería ir? — le preguntó a su mejor amigo.
— ¿No tienen listos los disfraces? — Mike jugaba un videojuego en el televisor.
—En la lavandería, debo ir por ellos. — Aun jugaba con la invitación en sus manos— No quiero ir solo—. susurró.
Mike dejó el control sobre la mesa, ignorando el hecho que era una partida en línea. — Irás con Bosston—. Dijo cuando tomó sus hombros.
—Lo sé pero irán muchos desconocidos.
—Sabes que fuiste invitado por ser el…— Mike entrecerró los ojos—. El novio del presidente del club de natación, eso tiene privilegios.
— ¿Privilegios?
—Debiste conseguir una novia en esa universidad. — Can cerró la puerta del refrigerador y le sonrió tomando una mordida de un trozo de pizza. — Ninguno de nosotros asiste a esa universidad por lo que no podemos ir a una fiesta que es por invitación.
— ¿Podemos colarnos?
—No digas tonterías. — King entró por la puerta principal, con los brazos llenos de frituras—. Tendremos nuestra propia fiesta justo aquí.
—Suena súper divertido. — se quejó Mike—. Un tipo con novio y el otro que me pregunto si se hizo monje.
—No quiero una pareja. — King se defendió—. Toman mucho tiempo y acabo de entrar en mi cuarto año.
—Eso no fue lo que escuché. — Del salió del baño—. Según dicen las malas lenguas, un tipo ha estado detrás de ti, insistentemente desde el inicio de este nuevo año.
—No puedo creer que escuches rumores de mi universidad. — King rodó los ojos—. No está coqueteando conmigo, estoy seguro de que incluso le molesta mi existencia. Un chico de nuevo ingreso muy extraño debo decir.
—Tengo amigos. — la jovencita sonrió abriendo la nevera en búsqueda de un helado.
— ¿Alguien a quien King no le agrada? — Mike se burló.
El ingeniero se hundió de hombros. — No puedes agradarle a todo el mundo, un novato insistente solamente.

Don se sintió ignorado, la conversación había tomado un camino muy extraño. Algo que se repetía cuando el grupo charlaba. Al cachorro le encantaba lo peculiar que era su grupo pero en ese instante quería que respondieran algo de lo que él preguntaba. Suspiró y tomó las llaves del apartamento. Nadie notó que se movía, suspiró nuevamente y salió del lugar. Saltó tranquilamente hacia la lavandería, vestirían un conjunto de disfraces de pareja. Don sonrió para él mismo ¿Había imaginado que aquello ocurría? No, pero la emoción era lo único que evitaba que cancelara.

—Buenas tardes.
—Buenas tardes.

Luego de saludar a la jovencita de la lavandería caminó hacia el área de tintorería, el lugar donde se dejaban las prendas delicadas para un mejor cuidado. Al llegar colocó su ticket y una de las encargadas lo envió a la mesa de la parte trasera. Una mujer mayor se acercó a él con una sonrisa. Bertha. Don amaba a Bertha, una de las mujeres de la tintorería. Jugaban mahjong cuando debía esperar mucho tiempo y por la forma en que ella lo observaba quería decir que era hora de una partida.

—Buenas tardes señor Wanut.
—Buenas tardes señora Shiller.
—Dime Bertha.
—Si me llama Don.

La mujer era una dulzura, amigable, adorable y él tenía que ganarle por primera vez. Don no era mal jugador simplemente no era mejor que ella. Las piezas fueron colocadas sobre la mesa, la tensión subió como la espuma en las lavadoras. Parecía algo tan trivial pero entre los competidores era lo único que existía en ese momento. Su celular vibró pero no importaba, su ropa estuvo lista pero no importaba. Lo único que en ese instante le interesaba era ganarle a la mujer de aguda vista e inteligencia superior.