Desperté sintiendo que estaba en medio de un déjà vu en una cama con un aroma familiar y con el sol colándose por entre las cortinas que cubrían la ventana. La brisa hizo que me arropara inconscientemente con las sábanas que me rodeaban. Abrí los ojos y Brian estaba otra vez en esa silla, la mirada distante sobre mí.
— ¿Duele? — preguntó.
Me toqué la cabeza.
— Un poco — admití. — ¿Qué hora es?
— Temprano aún — aseguró.
Me observaba como si tuviera algo más que decir.
— ¿Cómo fue todo? ¿Cómo estuvo el viaje? — preguntó finalmente, cambiando de posición en la silla; cruzó las piernas y apoyó uno de sus brazos en el respaldo, dejándolo caer un poco hacia atrás sin cuidado.
— Lleno de cosas que pensé que no pasarían jamás — respondí con dificultad. En realidad, se me hacía un poco difícil describir el viaje en sí, incluyendo todo lo que encontré en mi interior gracias a las situaciones en las que me vi envuelta. — Amigos de paso, mucho alcohol, tú... es decir, ya sabes... lo que nos tiene aquí.
Volvió a cambiar de posición, esta vez dejó ambos pies en el suelo y apoyó sus codos sobre sus rodillas, juntando sus manos en el centro tras pasarse una de ellas por el cabello.
Estaba inquieto, de eso no tenía duda.
— ¿Qué sucedió ayer? — pregunté, intentando distraerlo de lo que le tenía así. Quizás simplemente estaba drogado con algo, pero había algo en él que me decía que estaba más sobrio de lo que le gustaría, y quería que dejara de pensar en ello.
— ¿Dónde te perdiste? — preguntó de vuelta.
— Poco después de llegar a la azotea — hice memoria. Sí, había tomado su mano y él me había sacado de la suite, pasando de todos en el camino, cosa que me hizo reír, para llevarme a la azotea del edificio. Nos sentamos en el suelo y pronto me eché hacia atrás y miré las estrellas hasta que mis ojos cedieron.
Brian hablaba. No recuerdo de qué, pero recuerdo sentirme en paz escuchándolo.
— Oh, bueno. Tuve que cargarte hasta la recepción, pedir un taxi para ambos y volver con un cadáver entre mis brazos hasta mi habitación — bromeó. Sonreí y me cubrí los ojos, avergonzada de mi poca tolerancia con el alcohol. — Y aquí estamos de nuevo. Ah, y esa recepcionista a la que le agrada mirarnos estaba anoche tras el mostrador. Casi se le salen los ojos.
Reí.
— Con que no llame a la prensa — advertí.
— No le creerían — dijo Brian, despreocupado. Me quité la mano de los ojos y volví a ver que, si su voz se oía despreocupada, su rostro era todo lo contrario. — Bueno, ¿Estás lista para volver?
— Con una aspirina estaría lista — suspiré. — Tengo que ir a mi habitación a ordenar algunas cosas, ¿Estás seguro de que es temprano?
Asintió en silencio.
— ¿Dormiste? — seguí intentando distraerlo pobremente.
Asintió otra vez.
— ¿Qué pasa? — me harté. Tras resoplar, me senté en la cama y lo miré con seriedad, intentando peinar mi cabello mientras.
— Sé que no hay forma agradable de decir esto, pero creo que debo hacerlo — explicó. — Quizás... quizás no debería, sería una salida fácil, la vida seguiría su curso, pero... algo cambió.
— Brian, ¿Qué pasa? — repetí, nerviosa.
— Yo siempre lo supe — dijo y bajó la mirada hacia el suelo durante un par de segundos antes de volver a mis ojos. — Yo... quise que vinieras aquí. Allen solo te convenció con el motivo que mejor le pareció. Yo quería...
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Complicated || Brian Jones
FanfictionLos altos y bajos de ser la ama de casa de Brian Jones. [Ambientada en 1967]