RING —
Me levanté un poco desorientada. Había salido a un bar con algunos amigos de la escuela la noche anterior y, como siempre, había bebido más de lo que mi cuerpo aguantaba. Fue gracioso sentir cómo poco a poco iba perdiendo los escrúpulos, el pudor y los miedos al sucumbir a la bebida más fuerte, eso era lo que más me gustaba de beber y es por eso que terminaba el noventa por ciento de las veces borracha. Como fuera, aquella mañana la resaca se sentía particularmente pesada y presentí que sería un largo día si es que no me tragaba algunas pastillas para el dolor.
El teléfono siguió sonando sin que yo tomara conciencia de él hasta que simplemente se detuvo, pero eso no fue todo, sino que el inicio. Al segundo intento ya estuve un poco más despierta y fui capaz de reconocerlo. Me levanté y el mundo se me vino encima. Contuve las ganas de vomitar y caminé hacia la sala para coger la maldita llamada mientras eructaba silenciosamente y sentía, con asco, el olor a todo el alcohol que bebí.
Contesté bostezando.
— ¿Por qué no estás en casa de Brian? — oh, hola Allen.
— Porque me despidió — musité con la voz algo pastosa, pellizcando mis mejillas y abriéndome los ojos con los dedos para estar más atenta ahora que contestaba una llamada "importante". Hace tan solo cuatro días que había sido despedida por el mismo Jones y tan solo hoy fui contactada por el hombre que, en primer lugar, me había metido en ese lío. — Escucha, necesito mi trabajo de vuelta...
— ¿Sabes dónde está Brian? — continuó, ignorándome por completo.
— ¿No? — solté con duda. — ¿Por qué habría de saberlo?
— Está perdido y el teléfono de su casa está descolgado.
Iba a comenzar a decirle que Brian era lo bastante mayor como para irse del planeta sin que nadie le dijera nada al respecto, pero él continuó hablando por mí.
— ¿Aún tienes la llave del apartamento?
Oh sí, había olvidado dejarla cuando me despidió. Me di cuenta de que seguía en mi bolsillo cuando ya venía camino a casa en el metro. Suspiré, presintiendo lo que me diría si mi respuesta era afirmativa.
Aun así, no pude mentir.
— Sí...
— Ok Vitalie, escúchame bien, vas a ir a revisar ese lugar ahora. Brian no puede despedirte de un momento a otro ni tampoco desaparecer. Ahora, olvida todo lo que te dijo, tú todavía trabajas como su ama de casa y de llaves — me indicó. Demonios, realmente deseé que Brian tuviera más poder en la situación y simplemente respetaran su deseo, pero este tipo parecía tener las riendas de todo, así que tenía que proceder con cuidado.
— Está bien. En cuanto a los días que falté...
El sonido del tono fue la única respuesta que conseguí. Me había colgado.
* * *
Era una suerte que las fanáticas más dedicadas aún no conocieran la ubicación del hogar de Brian Jones. Me había enterado hace poco de que muchas habían llegado hasta la misma casa de varios famosos a acosarlos o quedarse afuera hasta que ellos salieran y eso me parecía excesivo. El lugar, por fuera, era poco transitado y decente, nadie nunca imaginaría que una estrella tan estrafalaria como Jones viviera allí, pero la verdad es que sí, ese era el lugar al cual llamaba mi "trabajo", ubicación que no podía compartir ni con mi sombra.
Políticas de mi contrato, supongo. Una ya no sabe en quién confiar y eso lo aprendí de los mismos Stones, pues eso de que las novias se fueran con los amigos era bizarro, por decir algo. Quizás era traición, pero quizás era simple justicia divina: Jones no era una buena persona ni con Anita ni con sus compañeros. Quizás ella estaba mejor con otro, sí, pero ¿Por qué, en todo el mundo, con Keith Richards?
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Complicated || Brian Jones
Fiksi PenggemarLos altos y bajos de ser la ama de casa de Brian Jones. [Ambientada en 1967]