Entre el bien y el mal

Capitulo XXVI: Criminal

¡Noticia de ultima hora!

Se capturo exitosamente al asesino serial "El Destripador" con una racha de 932 muertes en tan solo 8 años que fue buscado y perseguido por el detective del estado, encontrando también, el robo de los "Ojos" que pertenecen a las Ruinas Karmaliences.  

Manuel Fernández, sera apresado hoy mismo en la prisión de las montañas donde el mismo detective quien lo capturo, lo vigilara y preguntara por las victimas así como el robo de las gemas. 

Por su parte, avisó que las gemas serán devueltas a nuestra ciudad en el momento "indicado" en que se sepa las intensiones del asesino.

Narra "El Destripador":

Otra vez encarcelado... No me sorprende; se que mi destino es estar atado ante los dioses en vez de Evil, pero si logro completar mi plan entonces alguien más puede reemplazarme; ahora que sé, que las gemas serán devueltas a las ruinas, esta vez no habrá nadie que impida mi libertad y la limpieza de mi compañero.

Este chico me ayudo durante 8 años con su cuerpo, así que lo mínimo que puedo hacer es dejarlo libre y capturar otro cuerpo. No será lo mismo, pero pienso pagar mi deuda de alguna otra forma.   

Estaba en un carro con rejas en las ventanas y dos guardias a mis costados. Aun no me acostumbro a esta época, pero es mucho más tranquilo que estar apuntándome con armas que tengan piedras afiladas. Por como estaba desacelerando; supongo que habíamos llegado a nuestro destino "Ya era hora..." No sé cuantas horas hemos viajado, pero que alivio que ya hemos llegado. Escuchaba unos guardias que estaban abriendo las puertas traseras y al ver un poco la luz del sol me cegué por unos segundos, para luego darme un empujón que me parada y me bajara del vehículo. 

Era muy grande y con poca gente "Aquí esta lo peor supongo" La mayoría eran híbridos y por no saber si habían algunos de mi especie, me mantuve a la defensiva e indiferente con las miradas que me perseguían cuando pasaba por el patio. Llegamos a lo que parecían ser las carceleras donde algunos prisioneros me observaban felices o hasta asqueados; no me importaba en lo absoluto, hasta que me hicieron parar a una celda. Solo me dijeron que esta sera mi habitación por el largo tiempo que me quede y me empujaron para que vuelva a caminar. 

Pensé que me quedaría ahí, pero cuando vi una puerta blanca al final del pasillo me entro cierto nerviosismo por saber del porque no me dejaron en la celda. Abrieron aquella puerta y encontré una mesa extensa donde había un chico de cabellos castaños, bata blanca, lentes y una postura tan serena que enserio me daba más nervios que tranquilizarme.

- Buenos días Manuel, un gusto - me dedico una sonrisa - Pueden dejarlo, yo me encargo 

- Cualquier ayuda ya sabe que hacer doc - dijo un guardia para luego irse 

- Siéntate por favor, quiero que estés cómodo - me senté enfrente de él - Me llamo Miguel Ángel Rogel, soy psicólogo criminalístico y este es mi centro de trabajo - cruzo sus brazos - Nos conocemos por el incidente en el aeropuerto, y créeme que tuve bastante suerte en que no me matarás - sonreí por el sarcasmo - Pero bueno, no me voy a desviar con este tema y quiero que me hables de ti, si es que puedes claro - su brazo apoyo su rostro - ¿Eres el verdadero Manuel Fernández? o como te llama un amigo ¿Lolito? - "Bromas tenía razón..."

Flashback

- Ahora... ¿Donde nos quedamos?