Capitulo XXXI: No te vayas

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Déjenme enmendar las cosas... Por favor, solo ruego por el bienestar de mi gente

Esa misma gente te ha desgraciado ¿Porque sigues sin entender? 

Porque ellos fueron engañados al igual que ustedes... Dioses, saben mejor que yo que seguiré demostrando mi inocencia ¡No importa cuantos siglos pasen!

Ya te hemos concedido la manera de como demostrarlo 

¿De verdad...? 

Si nos demuestras de lo que hablas, entonces haremos el respectivo intercambio

Muchas gracias... 

Tu y él deben probar tu inocencia

¿Él?

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Este es el único favor que les pediré. Quisiera luchar junto a él 

Su pasado hizo que no te tenga confianza 

Ustedes saben que yo nunca lo traicione 

El silencio dice muchas palabras

Quiero enmendar las cosas... Es mi mejor amigo y la persona a quien admire por sus actitudes tan bondadosas

Aceptaremos tu petición, pero si no logras convencerlo de tu inocencia, entonces sufrirás el mismo destino que merece el mentiroso

Como digan

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Luego de aquel mensaje, todos se sintieron entre nerviosos y tranquilos, ya que las desgracias que podrían caerle a las personas serían por ser dejados. Suponían que ahora los noticieros y las autoridades presentes se encargarían de todo.

El osito sugirió que mañana todos deberían ir a las ruinas para procurar que la lucha sea justa, al igual que traigan ropa oscura y máscaras; acataron las ordenes y decidieron comprar las cosas mañana. Salio del hogar junto con los demás y se despidió; vio como Fargan voló junto con Willy hasta su hogar, mientras que Staxx acompañaba a Mangel y Alexby al departamento; les dijo que entre un momento iría ya que quería relajarse un poco, pero en eso Vegetta lo sujeto de la mano y ya no pudo escapar esta vez. 

Sabía que hoy a tenido buenos gestos con él, además que lucía muy preocupado por su bienestar. Así que no tendría nada de malo en tratar de conversar normalmente.

Subieron al carro y en unos cuantos minutos llegaron a la hermosa casa donde únicamente fue al sofá a sentarse y quitarse su abrigo junto con su mascara. Vegetta veía como el osito seguía con una actitud tan neutral, ni enojado ni feliz, eso le preocupaba un poco ya que normalmente no es de actitudes serias, pero el momento amerita. 

- ¿Quieres hablar conmigo? - pregunto el osito - Porque en verdad tengo sueño 

- Puedes quedarte aquí si deseas - dijo un tanto desanimado - Duerme en mi cama, yo estoy bien en la de invitados. 

Entre el bien y el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora