XVII

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El sudor en la frente de aquel hombre castaño era realmente notorio, su pierna subia y bajaba repetidas veces, las manos le sudaban y los nervios lo estaban matando, no era para menos, estaba a punto de negociar su vida y la de su hija con un mafioso que les habia jurado la muerte, sabia que el tenia que solucionarlo, despues de todo fue el quien los metio en ese problema y para el, era el unico que podia solucionarlo. Un italiano salio de la oficina de quien venia a ver y le hablo en tono serio indicandole que podia pasar. El hombre asintio y entro a la oficina en silencio, sentia morir en ese momento, sabia que cualquiera paso en falso seria una condena de muerte segura. 

Lo creia idiota pero no tanto como para venir a la boca del lobo.-hablo el Italiano al otro lado del escritorio mientras jugaba con un palillo que tenia entre sus labios.- Espero que hayas venido para algo interesante o te matare aqui mismo.

Lamento la molestia señor Changretta, he venido a ofrecerle algo para que nos deje en paz a mi y a mi hija.-hablo Alex mientras se sentaba en una de las sillas frente al escritorio.-

¿Que cosa que usted tenga me podria interesar? Tal vez su hija para divertirme.-dijo con una sonrisa socarrona intentando molestarlo.-

Thomas Shelby.-hablo con seguridad ignorando totalmente lo que le acababa de decir sobre su pequeña hija.- Se lo entrego a el a cambio, tengo entendido que mato a su padre en el pasado, se lo ofrezco a cambio de que nos deje en paz.-hablo con total seguridad.- 

Señor Brown, con todo respeto usted es un idiota, ¿cree que hara caer a Thomas Shelby? Se sabe que fue corriendo a el en busca de proteccion porque es un cobarde.

Hare lo que sea para sacar a mi hija de este problema, ella no se merece nada de lo que quieren hacerle, por favor, acepte mi oferta.-practicamente estaba suplicandole a aquel hombre adelante de el, era la unica forma de sacar a su hija de esto.-

Luca se quedo pensando por unos segundos, unos segundos en silencio que parecieron una eternidad para Alex, sabia que si aquel mafioso no aceptaba su ofertaba ya no habria nada mas que hacer. Luego de pensarlo, el italiano se atrevio a hablar.

Acepto su trato, no intente pasarse de listo conmigo, creame que lo sabre, sabre si intenta hacer algo en mi contra. Entregueme al Shelby y yo dejo en paz a usted y a su hija.-dijo cruzandose de piernas y señalando la puerta.- Vayase antes de que quiera cobrarme algo de lo que me saco. 

Alex asintio sin decir nada y se puso de pie yendo directo hacia la puerta. Salio del edificio y tomo una bocanada de aire y cerro los ojos, ya se habia sacado el peso de encima de los italianos, pero ahora tenia que ir por otro objetitvo, Thomas Shelby y debia alejarlo de su hija cuanto antes.





La brisa fria y seca impactaba directo sobre su rostro pero no le importaba, solo le interesaba el galopar de aquel caballo y la libertad que sentia al montarlo, hacia una semana que se la pasaba toda la semana con aquel caballo sin darle importancia a lo demas. Habia sido una semana en donde vio a Thomas salir de su habitacion con una prostituta distinta cada noche, solo repitio dos veces y fue con Lizzie, ya conocia su nombre, lo escuchab a Thomas gritarlo cada noche. Se mordio el labio al darse cuenta de que se estaba enojando y tomo las riendas del caballo haciendo que este suba la velocidad, en una semana habia avanzado suficiente con el, era un caballo realmente veloz, dia a dia vencia el tiempo del dia anterior en el que lograba dar las vueltas completas sobre la pista. El unico problema era que aquel caballo que habia bautizado como "Hermes" solo se dejaba tocar por la joven, no le agradaban las demas personas. 


Se bajo del caballo luego de haber terminado la practica de hoy y lo guio hacia el establo, le dio una manzana como premio y lo cepillo un poco para luego dejarlo en su establo, no sin antes besarle la cabeza como lo habia acostumbrado. Se aseguro de dejar todo cerrado y salio del establo, se metio las manos en los bolsillos de su campera y se dispuso a caminar rumbo a la enorme casa en la que estaba hace un poco mas de una semana, al llegar entro a la casa intentando no hacer ruido, esta semana se habia encargado de casi no cruzarse al idiota de Thomas y por ahora venia muy bien. Subio las escaleras y camino rumbo a la que era su habitacion, ingreso cerrando la puerta detras de ella y encendio la luz. Dio un salto y se llevo una mano al pecho al ver que Thomas estaba sentado sobre la punta de su cama.

《Born To Die》 Thomas ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora