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Las palabras que salían de la boca del profesor no entraban en Jessamine, solo veía como sus labios se movían, y ese movimiento hacia que el sueño la invada más. Era la última clase del día pero ya se estaba durmiendo, no pudo dormir en casi toda la noche por culpa de Thomas y ahora el cuerpo se lo estaba reprochando. Hace más de dos horas que ya no estaba presente en la clase, estaba mucho más preocupada en no quedarse dormida.

El bendito timbre sonó, anunciando que las clases ya habían terminado, lentamente e intentando despertarse, guardó todas sus cosas en su mochila y salió del salón junto a los demás compañeros.

¡Jessamine! ¿Como estás?-Andy apareció junto a ella saludandola.-

Oh...Hola...¿andy?-preguntó algo avergonzada ya que no recordaba bien su nombre.-

Si, Andy. Yo recordé tu nombre porque es algo atípico.-dijó divertido mientras caminaba a su lado.- Me preguntaba si quieres ir a la cafetería de aquí cerca, podemos hablar del trabajo que tenemos que hacer y relajarnos un poco.

Mm...esta bien, me haría bien un café.-dijo sonriendo levemente.-

Al salir vio a los dos hombres que Thomas había puesto a su cargo, pensó unos segundos y decidió no decirles nada, no la dejarían irse sola y menos con Andy, se mezcló entre la gente con el y caminaron hacia la cafetería que quedaba a pocas cuadras de la Universidad.

Si que hace frío en estas épocas.-dijó Andy intentando sacar tema de conversación.-

Odio el frío.-dijó ahora Jessamine sonriendo e ingresando con Andy a la cafetería.-

Ambos se sentaron y encargaron lo que iban a tomar y comer, habían pasado casi dos horas que se encontraban en la cafetería hablando sobre el trabajo que tenían que hacer. En esas dos horas Jessamine contó veintisiete llamadas perdidas de Thomas, optó a lo ultimo por apagar el celular.

Se quedaron una hora más hablando sobre cosas sin sentido hasta que Jessamine sintió que ya era hora de irse, luego de convencer a Andy de que no necesitaba que la lleve a "su casa" se despidieron y cada uno se fue por su lado.

La joven decidió tomar un taxi hasta la casa de Thomas, al llegar, pagó y comenzó a caminar los metros que había desde la entrada hasta la casa. Estaba nerviosa, sabía que Thomas iba a estar furioso, no solo se fue sin avisar sino que lo ignoró. Ya estaba oscureciendo y hacía frío.

Entro con cuidado a la casa intentado no hacer ruido, observo hacia todas las direcciones y no logro ver a nadie, cerro con cuidado la puerta y camino hacia las escaleras, rumbo a su habitación.

Entro a esta y cerro la puerta, dejándose caer en la cama, al parecer a Thomas no le había importado tanto como ella pensaba. Acomodo un poco su habitación y se desnudó yendo hacia el baño que tenía en su habitación. Abrió el grifo de la ducha e ingresó sintiendo el agua caliente golpear sobre su espalda, el paraíso para ella en ese momento. Se recargo en las cerámicas de la pared mientras dejaba que el agua corra por todo su cuerpo. Podría estar todo el día así, realmente eso la relajaba.

Pero la relajación duró poco, todos los músculos de su cuerpo se tensaron, la piel se le erizó y la respiración se le agitó, se volteó rápidamente dejando ver al responsable de provocar esa reacción en su cuerpo.

¿Que...haces aquí?-murmuró la joven intentando cubrirse con las manos lo más que podía, estaba desnuda y el también y la miraba sin ningún pudor.-

¿Donde estuviste?-murmuró Thomas en un tono tranquilo, acercandose a ella y acortando más la distancia entre ambos.-

Estuve con un compañero de la Universidad, hablando sobre un proyecto.-titubeo pero no quería demostrar que estaba nerviosa en ese momento.-

¿Y por qué no avisaste?-volvió a preguntar en el mismo tono mientras corría un mechón de pelo de la cara de la joven.-

Yo....no se, lo siento.-intento explicar mientras se ponía más nerviosa ante el tacto ajeno.-

¿Y por qué tampoco me avisaste que te han llegado mensajes de números desconocidos?-preguntó ahora alzando una ceja y acariciando el hombro de la joven.-

¿Como sabes eso?-preguntó totalmente sorprendida.-

Créeme que se muchas más cosas de las que tu crees.-dijó en tono divertido.-

Esto está mal, deberías irte. No eres quien para meterte en la ducha conmigo.-dijo ahora algo molesta.-

La joven tomó una toalla con la que envolvió su cuerpo y salió de la ducha hasta la habitación, buscaba entre los cajones algo para ponerse, encontró la ropa y la dejó sobre la cama, pero fueron segundos para sentir las manos de Thomas sujetando su cintura y pegandola a el, el mismo subió una mano hasta la nuca de la joven y la sujeto con fuerza.

Sabes que lo deseas tanto como yo.-susurro sobre los labios de la joven rozandolos suavemente.-

Pero esta mal.-susurró la joven cerrando los ojos ante el tacto de los labios ajenos con los suyos.- Tu eres un hombre y yo soy una niña, tu lo haz dicho.-dijó ahora abriendo los ojos y mirándolo.- Me llevas diez años, sabes que esta mal.-dijó en tono de diversión.-

Eres la primer niña que ha encantado a este hombre.-dijó Thomas en el mismo tono divertido.-

Acorto la poca distancia que había entre ellos y fundió sus labios con los de la joven en un beso apasionado, la volvió a agarrar con fuerza de la nuca apegandola lo más que podía a su cuerpo. En un leve movimiento logró sacar la toalla que la joven tenía envolviendo su cuerpo, la guio hasta la cama aún sin cortar el beso. La recostó suavemente con el arriba y ahora atacó su cuello.

Como se que no es uno de tus estupidos juegos.-dijó ahora la joven con la respiración agitada, alejándose un poco.-

Porque no hay nada que desee más en este momento que tenerte para mi.-dijó con voz ronca sobre la oreja de la joven.- Además ya recibiste tu castigo.-dijo en tono divertido.-

La joven asintió y cerro los ojos dejándose llevar por el momento, Thomas seguía depositando besos húmedos en el cuello de la joven, esta ante sus acciones dejaba escapar algún que otro jadeo.

¿Estas segura de que quieres? Se que no estuviste con nadie.-susurro observando a la joven.-

¿Como lo sabes?-preguntó algo avergonzada.-

Diste tu primer beso conmigo, no es muy difícil darse cuenta.-dijo dejando escapar una pequeña sonrisa.-

Oh...si, si quiero.-murmuró desviando la mirada algo sonrojada.-

No tienes que tener vergüenza, tienes que disfrutarlo.-dijó Thomas bajando los besos por todo el abdomen de la joven hasta llegar a su intimidad. La cual rozó suavemente con sus dedos, provocando que la joven arqueara la espalda, acariciaba su intimidad con movimientos suaves y circulares. Los gemidos de la joven cada vez eran más fuertes.

Jessamine se alarmó al sentir como golpeaban la puerta de su habitación, se sentó en la cama y miró a Thomas para luego mirar la puerta.

¿Hija? ¿Estas ahí?-escuchó la voz de su padre detrás de la puerta.-

Rápidamente se levantó de la cama y miró a Thomas buscando una salvación.

Creo que olvidé decirte que tu padre está a aquí.-dijó Thomas con un tono muy tranquilo y despreocupado.

El cual sólo provoco pánico y enojo en Jessamine, se encontraba desnuda con un mafioso que le llevaba diez años a punto de tener sexo y su padre se encontraba del otro lado de la puerta.

《Born To Die》 Thomas ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora