XXII

503 25 11
                                    

La madera fría debajo de sus pies le hacía poner la piel de gallina, pero era algo que al mismo tiempo le gustaba y le recordaba que estaba viva, últimamente los pequeños detalles que cualquier piense que era insignificante, para ella era algo sumamente interesante.
Caminó rápido entre los pasillos, al llegar a su destino golpeó la puerta y esperó paciente a que le digan que podía entrar. Al escuchar la voz del dueño de la oficina dándole el permiso, paso sin dudarlo.

No te puedo follarte ahora si es para eso a lo que vienes.—habló Thomas sin despegar su mirada de los papeles que se encontraba leyendo sobre su escritorio.—

La joven ignoró totalmente lo que le había dicho y camino hacia la silla que estaba enfrentada a la de el.

Ya estamos listos, podemos ganar un primer lugar.—dijo la joven sentándose en el sillón y subiendo sus pies al mismo.—

¿Estás segura?—preguntó dejando de lado los papeles y clavando la mirada en los ojos de la joven para luego mirar sus piernas.—Tienen que hacerlo si tú dices que lo pueden lograr, perderé mucho dinero en caso de que te equivoques y créeme que no me gusta perder dinero.

Tan segura que te lo juro por la memoria de mi madre.—habló totalmente seria mientras alzaba una ceja, en cierta parte le ofendía que él no confíe en ella y en Hermès.—

Entonces tomaré tu palabra, este fin de semana competirán. Espero que no me decepcionen.—dijo ahora volviendo la vista a los papeles que tenía.—

¿Qué haces?—preguntó la joven poniéndose de pie y rápidamente rodeando el escritorio para clavar su mirada sobre los papeles que Thomas tenía entre sus manos.—

Nada que te importe.—habló con un tono de voz molesto mientras alejaba los papeles de la vista de la joven.—

Que grosero.—murmuró la castaña mientras se alejaba un poco y simulaba una cara de indignada.—

Últimamente te noto muy interesada en lo que hago o dejo de hacer ¿hay algo que tenga que saber?—preguntó clavando su mirada en la ajena.—

¿Por que tendrías que saber algo? Solo me aburro y quiero saber que hace la única persona con la que puedo hablar. Pero no te molestaré, sigue tranquilo con tu trabajo.—habló tan rápido que sintió como se trabó varias veces, ignoro la mirada ajena y rápidamente salió de la oficina, al salir soltó un gran suspiro.

Había pasado más de un mes desde que empezó a acostarse con Thomas, desde ese momento él se tomaba el tiempo para hacerla suya todos los días, incluso había días en donde lo hacía más de una vez, pero estos últimos días ella lo notó raro y distante, si bien no tenían una relación, él no solía comportarse así con ella.

Por otro lado, su plan de entregarlo a los italianos había comenzado casi al mismo tiempo en el que ella comenzó a acostarse con Thomas. Pero era poca la información que había podido conseguir, el no le contaba nada a ella lo cual era entendible, la poca información que había conseguido casi siempre había sido por terceros. Nadie sabía de lo que pasaba entre Thomas y ella, pero aseguraba que Charlie y Ada si lo hacían por más que ellos nunca le hayan dicho nada.

Cuando se comenzó a alejar de la puerta pudo ver cómo Arthur y Finn se acercaban hacia su dirección, junto a otros socios de Thomas que eran miembros de la banda. Poco había averiguado pero al menos sabía quien trabajan con el y quien no. Los saludo a todos y simuló alejarse, se mordió el labio inferior y se acercó intentando no hacer ruido a la puerta, una vez que los antes mencionados la hayan cerrado a sus espaldas.

En ese momento agradeció que Thomas tenga la voz tan gruesa, podía escuchar con claridad lo que él decía. Se quedó unos segundos hasta que logró escuchar la información que estaba esperando hace tanto, aunque en parte la sorprendió, sonrió levemente, creía tenerlo.

《Born To Die》 Thomas ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora