IV

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Los golpes de los nudillos sobre la gran puerta de madera resonaron en todos lados con más fuerza de la normal, teniendo en cuenta la hora y el silencio que reinaba en la noche. Volvió a insistir al ver que no tenía respuesta. La puerta de abrio de golpe dejando ver a un Thomas con un pantalón puesto pero con su torso al descubierto.

¿Que haces aquí?-dijo con un tono algo molesto.-

Vine aquí a buscar explicaciones, ¿que negocios tienes con mi padre?-dijo frunciendo la nariz intentando hablar bien.-

¿Thomas? Ya me voy.-una mujer alta de la edad del mayor salió detrás de la espalda de este.- O, tienes visitas.-dijo con un tono burlón y algo molesto la mujer.-

Toma tu dinero y lárgate.-dijo Thomas molesto mientras sacaba dinero de su bolsillo y se lo entregaba a la joven.-

Esta algo molesta le dedico una mirada de odio a la joven para luego tomar el dinero y marcharse.

No sabía que en gran Thomas Shelby tenía que recurrir a las prostitutas.-dijo en tono burlón pero con un enojo que se notaba.-

¿Acaso te pones celosa?-respondió este alzando la ceja.- Será mejor que te vayas a tu casa o llamaré a tu padre, ¿el sabe que estás aquí?-al ver la cara de susto de la joven saco su celular de su bolsillo.- Ya lo llamaré.

No lo hagas.-exclamo entrando a la casa junto a él y empujándolo para sacarle su celular.- No hasta que me respondas lo que quiero.

Mis negocios no son de la incumbencia de niñas, lo que hago o dejo de hacer tampoco. Y tu padre ya está grande, sabe lo que hace.-dijo algo enojado mientras le sacaba el celular de las manos.-

¿Por cuánto tiempo nos mantendrás a salvo? Hasta que te hagan una oferta mejor o cuando simplemente mi padre ya no te sirva. Quiero que te vayas.-exclamo mientras lo volvia a empujar.- Lo último que me falta es tener que lidiar con un pandillero como tú.-dijo con lágrimas en los ojos.- Todo esta mal, todo esto. Por favor, vete.

No puedo, tengo un arreglo con tu padre.-dijo sin alguna expresión alguna.- Eres muy malcriada, ¿no te alcanzo con llorar por tu caballo hoy? Creo que ya hiciste mucho drama por hoy.-dijo nuevamente con un tono serio, lo había dicho para molestarla.

La joven no respondió, solo bajo la mirada mirando fijamente sus pies, las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas, a quien quería engañar. No era una chica mala, era todo lo contrario, era tímida y vergonzosa.

Eres un idiota.-murmuro alzando la mirada y limpiándose las lagrimas.-

Lo sé, no puedo evitarlo. No soy bueno cariño, deberías mantenerte lo más alejada posible.-dijo sonriendo levemente.-

Mi padre y yo, ¿estamos en peligro? Solo quiero saber eso.-pregunto ignorando lo que le dijo anteriormente.-

No puedo decirte sinceramente, quiero creer que no, pero tu padre molesto a gente muy importante.-dijo cerrando la puerta de la entrada y volteandose a verla.- Iré a ponerme alguna camisa y te llevaré a tu casa.

Se fue dejándola sola, ella se quedó asimilando la situación mientras observaba los detalles de la casa, era realmente enorme para un hombre solo. Una voz a su espalda la sacó de sus pensamientos.

¿Debería decirle a tu padre que vienes en mi casa a la madrugada buscando respuestas sobre sus asuntos?-dijo en tono burlón mientras se apoyaba contra la pared.-

Puedes hacer lo que quieras, no me importa.-se encogió de hombros mientras caminaba hacia la puerta.-

Estoy acostumbrado a tratar con mujeres y de todas las que conocí, déjame decirte que ninguna fue como ti, una niña malcriada.-suspiró caminando hacia la entrada.- Tal vez será porque eres una niña.-se volvió a burlar de ella.-

《Born To Die》 Thomas ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora