Una antigua historia que reflejaba la verdadera amistad de los dioses dragones era lo que representaba después de siglos a esa nación, incluso representando en los posteriores reyes como el Rey Hiryuu. Pero una parte oculta fue ignorada y olvidada e...
El joven peliverde se acercó al centro donde ya estaba lista Yune para pelear. El resto se apartó y después de unos instantes en silencio el peliverde se lanzó a atacar al ver como la chica no se movía...
-- No me gusta lastimar a las mujeres... Etto... ¿Yune-chan? Deberías rendirte (se lanzó a patearla pero ella esquivaba todo con rapidez, incluso las patadas de su pierna derecha)
-- Gracias por su preocupación... pero eso no es necesario... (usó una patada del chico como trampolín y comenzó a "volar" sobre él mientras sacaba las dos espadas)
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-- Vaya... la señorita sabe pelear (esquivando los ataques) Pero yo vuelo mejor que eso...
-- No lo discuto...
Pasó bastante tiempo esquivando ataques de doble espada y la chica esquivando los patadas y golpes, además de los kunais que a veces tiraba. El joven miraba la determinación que tenía de ganar, pero algo lo incentivó a ser más brusco con ella, un comportamiento no habitual de él, pero eso no le afectó en absoluto. La chica observó los movimientos del chico, y decidió usar sus poderes en él...
-- (sus ojos se pusieron intensamente rojos y el peliverde se sorprendió) No te muevas...
Al instante Jae-Ha se paralizó por su voz y mirada. Temblaba levemente intentando moverse, y a vista de todos la chica pelinegra se acercó lento y colocó su espada suavemente en su cuello, dando por concluida toda la batalla...
-- (sorprendida fumó otra vez) Aprobaste... ~ ¿Cómo rayos pudo ganar contra Jae-Ha?... Sus habilidades si son excelentes pero no tiene una fuerza extraordinaria como los chicos... ¿Qué fue lo que hizo?~
-- ¡Ohh! ¡Genial! / ¡Le ganó a Jae-Ha! (gritaron los tripulantes emocionados)
El peliverde quedó de rodillas en el suelo dando bocanadas de aire debido a lo que pasó, y levantando la mirada se encontró nuevamente con sus ojos. Ya no eran tan rojos como antes, pero su expresión seguía siendo seria.
Ella desvió la mirada, se acercó a los más grandes y se recargó en la pared cansada mientras guardaba sus espadas...
-- ¿Y tú? (dijo la capitana dirigiéndose a Yona y vió como la pelirroja se puso nerviosa al no saber que responder) ¿qué puedes hacer?
-- Yo... yo puedo...
-- ¿Nada? Los que no pueden hacer nada solo estorbarán
-- Pero yo...
-- Hay mucha gente en la ciudad que odia a Kum-Ji. Pero si no tienen fuerza, sólo morirán al enfrentarlo. No puedes hacer nada. Vete
-- Sin ella, no trabajaremos con...
-- Ki-Ja, está bien. La capitana Gi-Gan tiene razón. Pero... (miró desafiante) ¡Tengo mis razones para negarme!
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