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Habían algunas cosas que no se consiguen con dinero, por ejemplo: sentimientos, y... La lista es corta por que alguien multimillonario si puede conseguir lo que quiere, aún si es ilegal.

Pero suertudo era el que lograba obtener todo lo que quisiera, ¿no?.

¿Por qué todos los multimillonarios después de tener tanto comienzan a sentirse vacíos?, ¿Cuál era el precio de poseer mucho dinero?, sencillo, la avaricia.

Desde padres casando a sus hijos con desconocidos para tener más dinero, hasta hijos haciendo berrinches descomunales por las cosas más mínimas.

Y es que, ¿siempre deben ser así?, si no sufres o haces sufrir a los demás, no eres millonario.

Lastimosamente para la familia park, con su pequeña empresa de tecnología estaba casi llegando a la quiebra, pero había una última opción que los podría salvar, Jihyo.

Jihyo era una hermosa e independiente chica, a la que le encantaba vivir su vida explorando lugares y países diferentes con sus mejores amigos, había tenido un pequeño romance con kang Daniel, tenían una química hermosa, se veían completamente enamorados, pero nunca pudieron hacer nada oficial, debido a que su futuro ya había sido sentenciado por sus padres.

Obligándola a dejar su vida como una jovén a la cual le encantaba explorar, ser sociable, que quería conocer el mundo, para convertirse en la esposa de Jeon sungjin.

El único varón de la familia Jeon.

O como todos lo conocían, el imbécil sungjin, su familia estaba dispuesta a recurrir a una empresa desesperada, para casar a su hijo, el cual siempre estaba metido en problemas, ya varios empresarios más habían cancelado los compromisos debido a su imprudencia y egocéntrica actitud.

No había más opción que unir las compañías con un compromiso, el cual esperaban que diera frutos para obtener más herederos en la familia.

Los park habían presionado tanto a jihyo para que tuviera un bebé, solo para asegurar la fortuna.

Finalmente despues de mucho tiempo, tal y como se había esperado, nació el único heredero; Jeon Jungkook.

Ese era el inicio de una hermosa familia, ¿verdad?.

Parecía ser que no, para la familia, las cosas iban de mal en peor, la convivencia y el ambiente en aquella mansión era pésima.

Jungkook solo tenía cinco años y ya se encontraba viviendo una pesadilla en ese hogar.

No podía hacer nada sin pedir permiso, habían muchísimas cosas a las cuales le estaban privando, vaya hasta el respirar era difícil.

Su padre era a lo que más le temía, aquél señor de aspecto elegante, que con solo una mirada te hacía sentir tan pequeño e indefenso, aquél que con el mínimo error que hacía su madre la lastimaba, aquél que era capaz de llenar su débil cuerpo de heridas y hematomas.

Y es que Jeon Sungjin, era la persona a la que le generaría traumas a su familia.

Su padre lo habían criado así, el iba a seguir los mismos pasos de el señor, que por algo era tan exitoso, no le importó el obligar a su esposa para tener a su hijo, no le importaría maltratar a su hijo para formarlo en un hombre de bien, aún si el no lo era.

Los años seguían pasando, Jungkook ya tenía 9 años y se encontraba cansado de todo, su madre le mantenía ocupado en demasiadas clases de distintas cosas.

Inglés, piano, canto, dibujo, baile, chino, violín, karate, escultura, guitarra, esgrima, tiro al arco.

Estaba siendo sobreexplotado, pero esa era la forma de jihyo para mantener a su único hijo a salvo, lo mantenía distraído todo el día, para evitar que viera a su padre durante la tarde, para no traumar a su pequeño mientras era humillada o agredida por el hombre que decía ser su esposo.

Un pobre con gustos de rico | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora