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Jungkook estaba aburrido en su oficina, ya no podía recordar cómo era que se entretenía cuando Taehyung no estaba en su vida.

Su única rutina era, trabajar, comer, hacer ejercicio, bañarse, trabajar, comer otra vez y dormir.

Y era algo que nunca le había parecido aburrido, hasta este momento en el que se encontraba viendo a Namjoon junto a YoonGi trabajando, ofreció su ayuda pero ellos la negaron, por lo que no tuvo más remedio que quedarse jugando algún videojuego en su escritorio.

¿Por qué ahora el trabajo se le iba volando cuando antes era eterno?.

Se salió del juego suspirando por lo poco concentrado que estaba.

Buscó el contacto de Taehyung, para enviarle un mensaje, ofreciéndose para recogerlo de la universidad e ir a algún lado a pasear, pero este no le contestaba.

Suspiró tan fuerte que el par de primos voltearon a verlo.

— Señor Jeon, lleva una hora suspirando, ¿podría decirnos qué es lo que sucede?. – Namjoon pegó con su codo justo en la costilla de YoonGi, haciéndolo soltar un quejido junto a una mueca.

— No te interesa Min. – este soltó un suspiro frustrado, si era un entrometido de mucho cuidado, pero realmente le desconcentraba a ambos escuchar suspiros a cada segundo.

— ¿Su pareja lo dejo?.

— No me eches la sal.

— ¿Entonces por qué suspira tanto?.

Otro suspiro.

Pero su mirada se iluminó al instante en el que Taehyung le respondió, por lo que volvió su concentración al celular, comenzando a leer, se sintió feliz  por que iría a recoger al peligris.

— Ya me voy, nos vemos mañana.

— Señor- El pelirrojo nisiquiera pudo pronunciar otra palabra ya que Jungkook salió de la oficina.

— Y ¿ahora a este que le pasa?.

— Es el amor, no lo entenderías.

— ¿Cómo que no?, Jimin está a nada de aceptar una cita conmigo.

— Deberías dejar de acosarlo, me darás una mala reputación con Jin.

— No lo estoy acosando. – el mayor se cruzó de brazos haciendo su típico drama.

— ¿A sí?, ¿entonces por qué te gritó hoy?.

— Cualquiera puede tener un mal día, se disculpó después de eso.

— Aún así, está mal, deja de hacerlo.

— Lo dejaré de hacer, pero ya verás que vendrá a mi, yo confío en que me aprecia aun que sea un poco.

El moreno rodó los ojos, volviendo a su trabajo.
Su compañero tomó una galleta y siguió diciéndole que podía modificar.

Su compañero tomó una galleta y siguió diciéndole que podía modificar

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Un pobre con gustos de rico | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora