dieciséis

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Nora salió de la habitación de Lydia con lágrimas amenazando bajar por sus mejillas, no quería llorar, no quería que lo que Stiles pensara la afectara, pero lo hacía. Le afectaba el tan solo pensar que la persona que la conocía desde que tenían ocho años creyera que ella, entre todas las personas, era la que estaba haciendo sacrificios humanos.

Nora — escuchó que alguien la llamaba pero no había nadie junto a ella en ese momento — Nora — repetía esa voz, la pelirroja corrió hasta su habitación y una vez allí, cerró la puerta con todos los seguros. De repente, su celular comenzó a sonar provocando que  de un salto del susto, se dirigió hasta la mesa de luz, tomó el celular y al ver que era su madre que llamaba, la sensación de alivio volvió a su cuerpo.

— Hola, mamá que suerte...

—Cariño, estoy esperándote afuera — dijo su madre. A Nora le pareció extraño pero lo dejó pasar, ya que su madre era muy impulsiva y no pensaba dos veces antes de hacer las cosas —  Apurate, Nora.

Nora tomó su bolso, guardó las cosas que había sacado y salió de allí, todavía tenía el celular en llamada ya que al bajar las escaleras no encontraba a su madre por ningún lado.

— ¿Mamá?— preguntó pero no escuchaba nada — ¿Dónde estás?

Nora caminó hasta llegar al autobús, giró su cabeza y al hacerlo, sintió como el cielo se caía a sus pies. El auto de su madre estaba estrellado junto a otro auto, el auto con el que había chocado parecía estar en llamas así que esta corrió hasta llegar a donde se encontraba su madre.

Sin importarle que en cualquier momento ambos autos pudieran estallar, se acercó hasta la puerta del asiento del piloto y vio a su madre, esta tenía su cabeza apoyada en el volante, tenía un corte en la parte izquierda de su rostro ya que el vidrio le había cortado al chocar. Nora trató de de abrir la puerta pero al momento de hacerlo su madre abrió los ojos, la miró y negó con la cabeza como pudo, alzó su mano y señaló los asientos de atrás, la pelirroja la observó desentendida pero al mirar atrás, lo entendió.

En la parte trasera del auto se encontraban Stiles y ella, cuando eran pequeños, el pequeño Stiles tenía una gran herida en la parte superior de su cabeza, al parecer se había dado un gran golpe. Luego observó a la pequeña Nora, está parecía estar mucho mejor que el chico pero aún así tenía una pequeña herida en la frente en donde su cabello se mezclaba con la sangre. Nora llevó las manos a su boca, ahogando un grito y lágrimas empezaron a caer sobre su rostro.

— No, no, esto no puede estar pasando — dijo entre sollozos — No otra vez, por favor — sin precio aviso, sus piernas dejaron de funcionar y cayó de rodillas al suelo, aún seguía llorando.

Es toda tu culpa— volvió a escuchar esa voz — Tu hiciste todo esto — Nora llevó sus manos a sus orejas, negando rotundamente y se largó corriendo de allí, dejando todo atrás. Con la visión toda borrosa, debido a las lágrimas que no dejaban de salir, subió corriendo las escaleras pero se detuvo, ya que había chocado con alguien. Levantó su vista y pudo notar que era Stiles, el verdadero Stiles y sin pensarlo se abalanzó hacia él, abrazandolo. Stiles no entendía lo que estaba sucediendo, pero el chico no dudó ni un segundo en devolverle el abrazo a la pelirroja que al parecer lo necesitaba. El chico al abrazarla pudo notar que Nora estaba temblando y los sollozos cada vez era muy fuertes.

Stronger| [tw] s.s (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora