III. NOT THE CENTER

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CAPÍTULO TRES
NOT THE CENTER OF THE WORLD

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A LA MAÑANA SIGUIENTE, Dianne Malfoy se despertó con mucho tiempo de antelación

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A LA MAÑANA SIGUIENTE, Dianne Malfoy se despertó con mucho tiempo de antelación. El sol ni siquiera se había molestado en hacer su aparición cuando la niña rubia se despertó algo desubicada y la pequeña lechuza parda mirándola con curiosidad.

Necesitó unos segundos para darse cuenta de que estaba en Hogwarts, el tiempo que tardó en una de sus compañeras en soltar un suspiro mientras dormían. Recordar ese detalle le hizo arrugar la nariz con desagrado. No estaba acostumbrada a compartir con alguien que no fuera su hermano, y que alguien pudiera hurgar entre sus cosas la llegaba a enfermar.

Cinco minutos después, escuchó como alguien se quejaba. Se fijó en que Pansy se había caído de la cama, por cómo se frotaba la cabeza. Le preguntó en un susurro si la había despertado, a lo que la niña Malfoy negó con la cabeza. Ambas miraron hacia Daphne, pero ella seguía durmiendo. Se dieron una mirada, se vistieron y bajaron a la sala común, con cuidado de no despertar a su compañera.

Dianne estuvo a punto de reclamar el codazo que Pansy le dio, hasta que le indicó que mirara hacia un punto muy específico. En uno de los sofás de la sala, estaba Adrian Pucey sentado con una cabellera rubia que no tenía ni idea de quién era. No era su hermano mellizo, por lo que dedujo que era algún chico de un curso superior.

Para su mala suerte, —o buena según Pansy—, el niño Pucey las vio y les hizo un gesto con una mano. Dianne prácticamente recibió un empujón de su compañera para que caminara hacia allí. No le quedó más remedio que arrastrar los pies e intentar que su mueca no denotara su malestar por tener que socializar.

—Hola, chicas, no esperábamos que fuerais tan madrugadoras. —las saludó Adrian, mientras el rubio desconocido giraba la cabeza para mirarlas.

—Hay que causar una buena impresión—respondió Dianne, mirando mal a Pansy cuando esta le dio un codazo significativo—. Tenemos clase con Snape.

—Buena suerte con eso—farfulló el rubio, sentándose bien—. Terence Higgs —se presentó, esbozando una sonrisa amable.

—Es el buscador del equipo—añadió Pucey, como eso le importase a alguna de las dos.

—Yo soy Pansy Parkinson—presentó la pelinegra, esbozando una sonrisita —. Ella es...

—Dianne Malfoy—habló una voz que la rubia conocía muy bien—. MI hermana.

La niña rubia rodó los ojos ante el tono de su hermano mayor, viendo como este se acercaba hacia ella con los ojos entrecerrados. Ninguno de los chicos mayores se inmutó por la expresión casi asesina del platinado.

Dianne y la piedra filosofal¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora