XIII. DANCE

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CAPÍTULO TRECE
Baile en la Mansión Malfoy

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DIANNE PROCURABA NO HACER MUECAS DE DISGUSTO MIENTRAS su amiga pelirroja y su madre intentaban que estuviera decente para el baile, aunque su mirada la delataba todo el rato

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DIANNE PROCURABA NO HACER MUECAS DE DISGUSTO MIENTRAS su amiga pelirroja y su madre intentaban que estuviera decente para el baile, aunque su mirada la delataba todo el rato. Sus ojos verdes grisáceos parecían pedir ayuda a gritos, mostrando que tenía tantas ganas de asistir al evento como de tener una clase extra de pociones al día. Casi prefería tener que limpiar las caballerizas a modo muggle.

La otra cara de la moneda era Daphne, sin duda alguna. No podía borrar la enorme sonrisa de sus facciones mientras se vestía y preparaba. En vez de caminar como una persona normal hacía, parecía estar bailoteando, dando pasos como como si fuera algún tipo de bailarina de ballet. Aunque, después compensaba toda esa elegancia con los impredecibles botes de emoción que daba en los momentos más inoportunos.

La menor de los Malfoy soltó un suspiro de alivio en cuanto las distintas brochas dejaron de acosar su rostro, cerrando los ojos para descansar. Ignoró olímpicamente la risita de Daphne, y casi podía escuchar la sonrisa divertida de su madre. Como le gustaría convertir a ambas en algún animal que estuviera callado y no la molestara, pero no podía hacer eso.

Narcissa le pidió a su invitada que fuera a ayudar a los dos niños, pues temía que entre los dos se armaran un buen lío. Además, confiaba en que la pelirroja sabría llevar a ambos por el buen camino, su intuición se lo decía. Y, también estaba la estrategia que tenía en mente: la de quedarse a solas con su hija para hablar antes del baile.

—¿Sabes? —soltó, ganándose la atención de la menor en el instante—. Me recuerdas mucho a Sirius ahora mismo.

Dianne prestó atención. Su madre rara vez hablaba de Sirius o Regulus. Debía aprovechar el momento.

—¿Ah sí? —inquirió, alzando una ceja con algo de diversión—. ¿A tío Sirius tampoco le gustaba ir a los bailes? ¿Enserio?

<<Tío Sirius>>. Cada vez que Narcissa Malfoy escuchaba a su hija llamarle de esa manera a su primo, una cálida sensación flotaba su pecho, exactamente en el lugar en el que se situaba el corazón. Aquellas dos palabras tan normales siempre eran pronunciadas con demasiado cariño. Eso le hacía saber que su hija adoraba a su primo casi más que a sí misma.

—No era demasiado fan de ellos—respondió, conteniendo una risita, con su mente anclada en el pasado—. Aunque luego se le pasaba al recordar que había alcohol.

—Típico de tío Sirius…—bufó Dianne, pero una sonrisa surcó sus labios.

—Regulus era quien más los disfrutaba—añadió, aunque su mirada parecía estar en el pasado y no en el presente —. Mucho más que cualquier otra persona en el mundo. De eso estoy segura…

Dianne y la piedra filosofal¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora