Capítulo 17

2.8K 172 30
                                    

Oscar

Le he dado quince minutos, más que suficiente.

Sentado en el porche de Lola vigilo la calle mientras lio un porro, confío en que me dé tiempo de terminarlo antes de que salga, no estoy como para escuchar una de sus cantaletas. Además, no está en la posición de reprocharme nada. Después de la pinché tarde del demonio que he pasado buscándola, necesito relajarme. Me levanto y paseo de un lado al otro.

Lo pienso detenidamente mientras veo el cigarrillo temblar entre mis dedos, los nervios que sentí al creer que podría perderla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lo pienso detenidamente mientras veo el cigarrillo temblar entre mis dedos, los nervios que sentí al creer que podría perderla... No quiero ni pensarlo. Exalo, viendo el humo salir de mi boca.

Me siento en los escalones y escucho los pasos apresurados de Lola de un lado al otro mientras le dice a Cesar "coge esto y aquello otro también".

—Sí está bien pinché loca esta morra —digo en un susurro para mí mismo.

Pensándolo bien sin ella le podría haber pasado cualquier cosa a Cesar. Yo no puedo protegerlo, no después de la situación en la que me puso con Cuchillos, pero me alivia que ella lo hiciera.

Ahora Cuchillos deberá entender lo que ocurre, si Lola está amenazada no voy a abandonarla, y si la única manera de que se venga conmigo es llevarme a Cesar lo haré. Eso sí, de mala gana. Sigo enfadado con ella, se puso en peligro sin pensar las consecuencias.

Apago la colilla del porro ya consumido, lo tiro a su jardín y abro la puerta. Encuentro a Lola, empacando una señora maleta que le llega a la altura de la cintura.

—¿Qué chingados haces con eso? Vas a cruzar la calle no la frontera.

—¿Y cuánto tiempo voy a estar? Pues no se sabe, así que yo empaco todo y ya. Si lo uso o no, es peo mío.

Suspiro, —pinché loca— vuelvo a susurrar.

—¿Qué dijiste? —pregunta con tono de madre enfadada.

—Qué te apures chingados.

Me golpea el brazo con la mano abierta.

—No me hables así y no me alces la voz.

Termina de recoger y mira a Cesar.

—¿Necesitas algo más cielo?

—No... —murmura Cesar mirando al suelo—, todo lo mío... Está allí.

Lola no dice nada pero me dedica una mirada de reproche antes de cerrar la maleta y pasar rodándola frente a mí.

Lola

Entro en casa de Oscar, tan vacía como siempre.

—Tú a tu cuarto —le dice a Cesar que obedece sin decir palabra—. Y tú al mío.

Welcome to the block | 《Oscar "Spooky" Diaz》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora