Welcome to the block | 《Oscar "Spooky" Diaz》

Capítulo 31

Lola

Elena empezó la historia.

—Bien, pues Vanessa y yo íbamos juntas al instituto.

—No, no, no pero empieza bien no lo cuentes desde ahí o no entenderá nada —interrumpió doña Ester—. Para aquel entonces Oscar vivía con nosotros prácticamente, tendría unos quince o dieciséis años.

—Quince tía —dijo Oscar robando un poco de tomate picado y ganándose un manotazo de Ester.

—Ya se llevaba muy bien con Sad Eyes —dijo Ximena—, el padre de Guzman estaba en la cárcel y sus tíos lo habían acogido. Estaba en plena época rebelde.

—Totalmente insoportable, se me antojaba darle un madrazo cada que abría la boca —reclamó la tía—. Pero familia es familia y yo estaba decidida a hacer que ese chico se enderezara.

—Pues seguimos intentándolo —mencionó Carmen ganándose una mirada asesina.

—En fin, como iba diciendo mi madre —retomo Elena la palabra— Oscar pasaba mucho tiempo aquí, mamá prefería tenerlos vigilados que dejar que estuviesen por ahí haciendo Dios sabe qué, así que castigaba a Guzman sin salir y le decía que podía venir algún amigo suyo. Y bueno, ya habrás notado que esos dos cabeza rapada solo se tienen el uno al otro.

—¿Pa qué más? —respondió Oscar masticando algo.

—¡Ya deja de comer muchacho! —reclamó Ester.

—Pero tengo hambre tía.

—Entonces se pasaban el día en el sofá o en patio jugando básquet. Oscar comía aquí, estudiaba aquí e incluso se duchaba aquí.

—Me gustaba tenerle en casa —dijo Ester— era mucho más educado que Guzman, ese niño me volvía loca, todo el día contestando y peleando con su tío. Pero Oscar lo hacía entrar en razón, era juicioso y estudioso ¿Te ha contado cuando ganó ese concurso de no sé qué letras?

Yo escuchaba asombrada por lo mucho que apreciaban a Oscar, no podía creer que no me hubiese hablado antes de esta familia.

—Sí, algo he oído —respondí sonrojándome, me hacía muy feliz que le admiraran así. Yo le miraba mientras él comía a escondidas y me sonreía. De verdad que quiero a este hombre.

—Bueno, pues nosotras hacíamos mucha vida con Oscar y Guzman, cuando él estaba aquí nuestro primo se volvía más sociable.

—Pero, ¿qué hacía Guzman para resultar tan molesto?

—Mi primo no quería estar aquí, su madre ya había muerto y su padre había recién ingresado en la cárcel. Veía a mi padre como un traidor, por aquel entonces él ya había cumplido condena y había salido de esa vida. No se calmó hasta que conoció a Ximena y un buen día apareció aquí con ella para que se quedara, cosa que agradecemos todos—. Dijo Helena abrazando a Ximena con un brazo, intentando no tocarla con su mano pringada de cortar carne.

—Vale pero nos vamos por lar ramas —dijo Cecilia.

—Sí, hablen de Oscar de una vez— comentó su melliza.

Oscar solo masticaba y reía desde atrás apoyado en la encimera.

—Pues Vanessa era mi amiga del instituto.