Capítulo 23

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Oscar

Sus palabras me encienden. Por muy independiente que sea, por mucho que sea peleona y cabezona, en los momentos de placer me cede el control, o mejor dicho, el honor de poder complacerla.

—Ponte en pie —le susurro.

Lola se incorpora lentamente y veo como los restos de espuma se deslizan por su piel canela. 

Estiro mi brazo y acaricio su pecho, pasando a su vientre y llegando a su muslo derecho, su carnoso muslo que no consigo rodear con mi mano, lo aprieto un poco y decido separarlo del otro. Con cuidado apoyo el pie de Lola en el borde de la bañera y la miro, buscando su aprobación.

Lola

Oscar se pone de rodillas frente a mi y me mira a los ojos, instintivamente asiento y él se humedece los labios, antes de acercarse a mi intimidad y sentir su ágil lengua en mi punto más débil.

No sé si es el vapor de la ducha, el porro o las habilidades de Oscar, pero siento que floto. Noto sus movimientos, lentos y circulares al principio, cuando ve que me empiezo a entusiasmar utiliza también sus labios para crear una mayor succión, en este punto ya me tiemblan las piernas.

Oscar

Lola tiembla, sé que no aguantará mucho, por lo que sujeto su muslo levantado. La escucho gemir y siento como empieza a intentar cerrar la pierna, aprieto su muslo para evitarlo.

—Oscar... No puedo más.

La ignoro.

—Oscar... —a partir de ahí todo son gemidos y respiración agitada.

—No voy a parar hasta que termines de llenar la bañera.

Su cuerpo se estremece, noto como deja caer su peso contra los azulejos. Sus gemidos se intensifican, miro hacia arriba y su rostro me vuelve loco. 

Sé que le gusta el contacto visual y cuando veo que se muerde el labio sé que he conseguido lo que quería.

Los dedos de Lola me rodean la nuca y comienza a mover su cintura. Entonces endurezco la lengua, dejo que me utilice para su placer, que me use. Yo sí que soy todo suyo.

Lola llueve sobre mí, noto su sabor y su calor sobre el cuello el pecho y oímos como se mezcla con el agua de la bañera.

Está exhausta, vacío la bañera y nos duchamos. 

Lola

Termino de secarme el pelo y salgo del baño. Veo a Oscar pagarle a un repartidor en la puerta.

—¿Y eso?

—Estoy cansado, ¿no esperarías que cocinase hoy también?

—Vale, fair enough (es justo) —cojo la bolsa de comida que me tiende— ¿Qué pediste?

—Casera, hoy comemos carnitas.

**************

Oscar está tendido en la cama mientras termino de recoger todo. Acomodo la cocina y entro a la habitación cerrando la puerta a mi espalda. Me quedo un momento ahí de pie, lo que hace que Oscar deje de mirar su teléfono y se centre en mí, extrañado.

—¿Qué haces ahí de pie? —dice riendo.

Paso el pestillo a la puerta.

Welcome to the block | 《Oscar "Spooky" Diaz》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora