Capítulo 28

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Me desperté en la oscuridad de la habitación de Rach, solo entraba una tenue luz por la ventana.
Me levanté y me tambaleé un poco. A tientas intenté llegar al baño de la habitación, la puerta se abrió y escuché una voz.

—¡Lola! —era Rudy en un susurro—. No deberías levantarte aún —dijo sujetándome un codo con delicadeza— ven te ayudo.

Pasó un brazo por mi cadera y me guió al baño. Una vez allí me lavé la cara y me dejé caer sobre la tapa del váter. Seguía mareada. Cerré los ojos y respiré hondo.

—¿Se puede saber que me echaron?

Al ver que no había respuesta por parte de Rudy volví a formular la pregunta.

—En la copa, ¿qué me echaron en la copa?

—Aún no lo sé, pero lo averiguaré. Lo que sí tengo claro es que no las quiero cerca de ningún tipo que estuviese en esa fiesta ¿me oyes?

Comencé a reírme burlonamente hasta que estallé en una carcajada.

—¿De verdad? De toda la gente del mundo, ¿tú vas a decidir con quién debo juntarme? 

—Lola...

 —No debería ni hablar contigo siquiera —escuchaba mi voz lenta y sentía mi lengua pastosa arrastrarse en mi boca, respiré hondo y susurré— todo fue tu culpa.

Creí que no me había escuchado, salió tan solo un hilo de voz.

—Lo sé Lola. Sé que es culpa mía en gran parte y...

No le dejé terminar, las nauseas me mataban y me giré lo más rápido que pude para abrir el váter. Lo siguiente que sentí fueron sus manos cálidas sujetando mi cabello, rozando mi nuca y una de sus grandes palmas acariciando mi espalda. No me podía creer la maldita situación. Lo odiaba, pero me reconfortaba tenerlo cerca.

—Lola, date una ducha, la bañera está ahí, siéntate y date una ducha fría, yo te traigo algo para el estómago.

—No me digas que hacer carajo —susurré.

Él suspiró. Yo lo miré. Lo siguiente que supe es que me cogió en brazos y en un abrir y cerrar de ojos estaba en la bañera.

—¿Qué hac...? —mi pregunta fue interrumpida por un chillido, abrió el agua fría y me apuntó con la manguera de la ducha—. ¡Para imbécil!

—¿No quieres escucharme no? Pues te fuerzo. 

Bufé de frustración. Apuntaba a mi cara, a mi pecho, estaba empapada. El agua estaba helada, la cerró pronto.

—Ahora voy a bajar a por algo para que comas y tú vas a ducharte o a coger una pulmonía —me miró y sacó su estúpida sonrisa de lado— a no ser que prefieras que termine lo que empecé.

Le arrebaté la manguera de las manos y se fue riendo.

Para cuando salí de la ducha, tenía sobre la cama un pijama de Rach. Comencé a vestirme sin desenrollarme del todo de la toalla, no sé porqué pero había adquirido esa manía, supongo que por vivir con gente que no es familia cercana. Gabriela a veces entraba de sopetón en la habitación y eso me ponía de los nervios. 

Me puse los pantalones y dejé caer la toalla solo para escuchar sonido de platos a mi espalda. Rudy había llegado a la altura de la puerta y llevaba una bandeja con algo encima.

—Perdón, no quería mirar.

—Tranquilo.

Me puse la camisa y me giré frente a él, le hice un gesto para que entrara.

Welcome to the block | 《Oscar "Spooky" Diaz》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora