Me quedo paralizada ante su tacto, su mano en mi cintura, la otra sobre mi labio, su nariz rozando la mía. Mi mente está en blanco. Cuando me quiero dar cuenta estoy guiándolo hacia el sofá, al llegar a él, le empujo. El cae sobre su espalda, se medio incorpora y me mira.
-Llévatelo- digo de forma tajante -llévate el sofá y quedamos en paz.
Antes de que pueda contestar le doy la espalda y vuelvo a la cocina donde doy la vuelta a la carne que tenía al fuego y que, milagrosamente, no se ha quemado. Me doy la vuelta y por encima de la barra veo como me mira desconcertado, hasta que una risa nerviosa le invade.
-Como quieras, pero a ver dónde duermes hoy- dice señalando con la cabeza mi habitación sin cama.
-No es problema tuyo-. A esta frase le sigue un corto silencio.
-Hagamos un trato- dice acercándose a la cocina. -Si me das unos de esos tacos al pastor que estás preparando, te dejo el sofá un par de días hasta que tengas cama.
Le miro sin levantar la cabeza. Es cierto que me vendría bien un par de días hasta que tenga un lugar decente donde dormir, pero mi orgullo me impide aceptar su oferta. Antes de que pueda contestarle, ya se ha metido en la cocina.
-¿Qué haces?
-Echarte una mano- dice mientras coloca las tortillas sobre la plancha y busca en mis armarios hasta encontrar los platos, (unos de plástico que he comprado para salir del paso), sorprendentemente, no dice nada al respecto, pero veo que hace una mueca con la boca para aguantar la risa.
- ¿Tienes cebolla?
-Sí, en la nevera hay picada.
-Perfecto, cojo unos pimientos.
No puedo creer lo que estoy escuchando. Se mueve por mi cocina como si fuese su casa, aunque debo admitir que no se le da mal. Pica el pimiento en un momento, y cuando me quiero dar cuenta, ya tiene todo listo para sentarnos a comer en la barra.
-Listo señorita...
-Lola, Lola Guerra.
-Vaya, no te ponía cara de Dolores.
-No me llames así- mi tono suena tan autoritario que incluso me sorprendo a mí misma.
En este punto esperaba una presentación por su parte, pero nunca llegó.
Termino con la carne y me siento a su lado. Comienza a hacer su taco, yo coloco carne sobre mi tortilla y antes de poder hacer nada, veo su mano colocando el resto de vegetales en el mío.
-Así estará bueno-. Yo me quedo anonadada, mirando mi plato con una mezcla de asombro y repulsión. Ni siquiera le he visto lavarse esas manazas.
Comemos en silencio.
- ¿Y tú qué? - le pregunto al fin algo molesta.
-¿Yo qué?
-¿Cómo te llamas?
-Spooky.
No puedo evitar reírme con una de mis escandalosas carcajadas, suena tan ridículo.
-No, tu verdadero nombre.
-¿Te acabas de reír de mi nombre de barrio? -me mira con una cara muy seria, como si quisiera intimidarme. Pero por alguna razón me hace más gracia aún y continúo riendo.
-Sí la verdad que sí- le digo despreocupada.
Suelta el taco y se pone recto, me mira fijamente.
-Señorita guerrillera, es usted una descarada.
-Dijo el que invade mi cocina.
-Tenemos un trato ¿recuerdas?
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Welcome to the block | 《Oscar "Spooky" Diaz》
FanfictionAcababa de llegar al barrio en busca de una nueva vida, pero no contaba con que él formara parte de ella, poniéndolo todo patas arriba. Lola solo busca otro comienzo, lejos de su pasado, en un lugar donde poder llevar mejor vida, sin embargo, se ver...