Salí de la trastienda con la camisa del uniforme y acompañada de Dwayne. El chico de las cejas estaba algo liado en la cocina, al vernos se le iluminó la cara.
-Hey, apreciaría una ayudita, es hora punta- dice dándole vuelta a unas hamburguesas que tiene sobre la parrilla.
-A partir de hoy toda la que necesites, saluda a tu nueva compañera - le dice Dwayne con un gesto de la mano hacia mí.
-Encantado, soy Cesar, te daría la mano pero está complicado.
-Ya tendréis tiempo para eso, ahora a trabajar -. Dwayne sale de la cocina y comienza a atender a los clientes. Mientras, yo me recojo el pelo en una larga coleta alta.
-Yo soy Lola, ¿qué puedo hacer para ayudar?
-Bien Lola, en esa estantería deberían haber varios paquetes de panecillos de hamburguesa, puedes ir calentándolos a la plancha y cuando estén los montamos juntos, así te enseño todos los ingredientes.
-Vale -, antes de que termine la explicación yo ya estoy manos a la obra. Me gusta hacer las cosas cuanto antes, además es mi primer día y esta gente cuenta conmigo.
Cesar y yo nos las apañamos para sacar al menos unos 20 pedidos de hamburguesas, perritos, bocadillos, papas fritas, etc. La gente entra y sale, las mesas están abarrotadas y para colmo hay pedidos para llevar.
En cierto punto se colapsa tanto que tenemos que dejar carne asando aún sin haber recibido el pedido. El motivo de tanto ajetreo es que a dos manzanas hay una gran obra, y nada le gusta más a unos obreros enormes que el sabor de la roja y jugosa carne. Aunque alguno tenga aspecto de estar al límite de colesterol permitido.
El medio día se pasa volando entre idas y venidas a la trastienda a por más alimentos, freidoras que llenar y vaciar y pedidos que sacar. Para cuando nos queremos dar cuenta ya son las 4 de la tarde.
-Bien chicos, la cosa se ha calmado, sentaos a comer-, Dwayne nos ordena en lo que termina de montar unas hamburguesas para nosotros.
Cesar me hace sentarme en lo que él trae una bandeja llena de comida, me abalanzo sobre mi hamburguesa, él en cambio abre la suya y aparta la cebolla, nota que me quedo mirando porque me explica que no le gusta y que Dwayne debe haberse olvidado.
-Dámela a mí.
-¿Seguro?
-Sí, doble de cebolla gratis, difícil decirle que no.
-Yo lo hago encantado-, nos reímos de la situación y tras terminar la comida, volvemos al trabajo.
La tarde se pasa más lenta, muy tranquila incluso. A la hora de la cena tenemos varias mesas ocupadas por gente de los barrios de alrededor, el local está justo donde comienza Freeridge y donde acaban otros barrios, por lo que hay gente de todos lados, pero nada que ver con el ajetreo del medio día.
A la hora de cerrar Dwayne da la vuelta al cartel de la puerta dejando "closed" hacia fuera, antes de irse a su despacho. Cesar y yo limpiamos las mesas antes de ponernos con la cocina, casi hemos acabado cuando escucho la campanilla de la puerta.
-Estamos cerra...-, Cesar no termina la frase y curiosa me giro para ver que ocurre.
- Ay no -, digo para mí.
-También me alegro de verte guerrillera.
No me lo puedo creer, ¿qué demonios haces este aquí? ¿por qué Cesar no dice nada? Le miro y ha agachado la cabeza y empezado a fregar. Miro a Spooky, lleva otra camiseta sin mangas, esta vez gris y su cruz colgando del cuello, supongo que es su look habitual.
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Welcome to the block | 《Oscar "Spooky" Diaz》
FanfictionAcababa de llegar al barrio en busca de una nueva vida, pero no contaba con que él formara parte de ella, poniéndolo todo patas arriba. Lola solo busca otro comienzo, lejos de su pasado, en un lugar donde poder llevar mejor vida, sin embargo, se ver...