20. Presas del deseo.

727 66 222
                                    

Irasue: ¿Recuerda que la señora Zero me golpeó con un látigo?

Toga: (Confundido) Si.

Es verdad... En una ocasión, años atrás, ella le mostró esas heridas y ahora no están, no hay evidencia alguna de que su piel alguna vez fue lastimada.

Confundido, pensativo, la observa, por tanto no reacciona de inmediato cuando ella da media vuelta... Aún con su kimono mal encajado, dejando visible una parte de su cuerpo que siempre está cubierta, ella gira y avanza hasta quedar frente a él.

Y verdaderamente de no ser por su cabello y una de sus manos que cubre, espera que a propósito, sus senos, podría verla muy claramente. Demasiado, tanto que podría actuar indebidamente.

Toga: (Alterado) ¡¡Irasue cúbrete!!

Se siente nervioso por esto y al verla así trata de hacer algo porque se cubra, pero al extender sus manos ella retrocede un paso y luce divertida.

¡¡LO QUE LE FALTABA!!

A causa del nerviosismo que le está causando todos esto, soltó la prenda que lo cubría y ahora ésta cayó al suelo.

Ella sonríe divertida al darse cuenta de lo que ha provocado. Si, fue una travesura de su parte, pero Irasue no fue capaz de verlo. La vergüenza le ganó... Sin embargo no por ello no puede evitar reír al recordar esa cara de terror para verlo casi al instante agachado, recogiendo esa prenda de vestir con la cual tapaba lo que no debía ser visible.

De reojo ve que él intenta cubrirse fallando en sus intentos... Y ahora recuerda que alguna vez leyó sobre las reacciones que podría desencadenar en el género masculino el tener a una mujer desnuda o semi desnuda frente a ellos.

Fue hace tiempo y apenas unos días atrás los papiros del rey le habían hecho comprender muy explícitamente cuáles eran esas reacciones y en qué derivaban estas cosas.

¿Y si lo hace renegar un poco?

Toma la decisión, sin estar bien consciente de que tal vez no haya vuelta atrás luego de esto.

Toga: (Nervioso) Por favor cúbrete y ve al exterior para que pueda vestirme.

Irasue: (Acomodando su cabello, retirándolo del frente) ¿Y si me niego?

Al hacerlo puede ver que casi la mitad de sus senos queda visible, y ella parecía estar haciéndolo a propósito, o quizá eso creía él... ¡¡Maldición!! Lo único que atina a hacer es cerrar los ojos, apretando sus párpados y girando su rostro en otra dirección.

A Irasue en verdad le parece divertido verlo así. Tal vez podría jugar con esto un poco más.

Toga: (Tenso) Irasue... (Susurra, nervioso) Basta.

Al día de hoy eran un poco más comunes las demostraciones de afecto entre ellos al final de día, pero la mayoría de las veces consistían sólo en una caricia y un beso casto, donde casi siempre él tomaba la iniciativa. .. Pero ahora no sabe qué demonios hacer. Irasue está tan cerca de él... Ha colocado sus brazos alrededor de su cuello y él no puede apartarla o tendrá que soltar la única prenda que más o menos lo cubre, y sólo en la parte frontal.

Ella lo abraza, y para acrecentar sus desgracias tiene que inclinar sus caderas hacia atrás antes de que ella se de cuenta de lo que le pasa justo allí.

Irasue: ¿Qué le ocurre a mi General?

Toga: Por favor Irasue detente.

Irasue: Béseme y lo haré.

Sacrificando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora