Sacrificando el amor

5. El precio de Irasue.

Tres años más transcurren y la comunicación mediante textos, entre la joven muchacha y el general continúa... Los mensajes no son extensos e incluyen pocos detalles de las situaciones que vive cada uno.

Una tregua de paz al fin se ha firmado, apenas una semana después de que Toga recibiera la última carta de Irasue, la cual le ha alarmado un poco.

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General:

¿Podría otra persona tomar las riendas de mi destino y dictaminar el momento adecuado para sentenciar mi libertad? Tal vez no nos comuniquemos más. Admiro y respeto su labor. Que la sabiduría guíe su camino.

Irasue.

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Esas palabras no tenían absolutamente nada que ver con lo que él le dijo en su último escrito. Le inquieta demasiado lo que ella trata de decir y por qué esto suena a una despedida.

Sabe que la niña no es del agrado de Zero... Sin duda se refiere a ella... ¿Es que trata de tomar decisiones de peso en su ausencia?... No podía ser posible.

Al fin el acuerdo de paz está sobre la mesa, y el Rey Kirinmaru estrecha su mano con el que hace unos días fue su enemigo.

Cinco largos años terminaban ahora... Toga suspira con cierta nostalgia... Es su trabajo, muchos dicen que es un guerrero prodigio, sin embargo a veces no evitaba preguntarse cuál era el motivo de la lucha... Es decir, podían simplemente dialogar como lo hacen ahora y se evitarían muchas muertes.

En fin... Mientras haya soldados para enviar a morir en el campo de batalla, supone que esto no tendrá fin.

Muy de madrugada se levanta el campamento, presuroso ensilla su caballo y monta, alejándose.

Algo no marcha bien y lo sabe.

Naraku: (Recogiendo su tienda) ¿Y yo queeeeeee?

Shishinki: Lleva prisa.

Naraku: Deberías alcanzarlo... Supongo que va a ver a la niña.

Shishinki: No es mi asunto lo que ocurra entre Toga y esa niña extraña.

Naraku: (Pensativo) ¿Verdad que si?... ¿Cómo pudo enamorarlo un mocosa tan...?

Shishinki: (Sorprendido) ¿Enamorarlo?

Naraku: (Resopla) Eso parece en ocasiones.

Siempre supo que Zero tenía una especial devoción hacia Toga, y quizá ahora todo comienza a cobrar sentido... Es por eso que Zero siempre reniega de la niña, a pesar de que le es de mucha ayuda y no le causa problemas.

Y Toga... Esas cartas... Cada tres meses lo enviaba, privilegiadamente, por un par de días a visitar a su familia, y sin duda ella era el motivo.

Shishinki: Tienes razón... Debo alcanzarlo... ¡¡Vamos!!

Naraku: (Viendo que se aleja) ¿Con quien voy a platicar en el camino?

Kirinmaru: No seas ridículo. ¿Dónde está Toga?

Naraku: (Haciendo una reverencia) Alteza... Él se acaba de marchar.

Kirinmaru: (Molesto) ¿Con la autorización de quién?

Naraku: Eh... Lo desconozco alteza.

Kirinmaru: Dirige a los hombres al palacio.

Naraku: Será un honor.

Suspira aliviado al notar que el rey se ha marchado... Ese tipo en verdad daba miedo y más cuando usaba ese cráneo sobre su rostro.... Es increíble como Toga siempre tenía el valor para entablar conversaciones con él.