21. ¡El General está enfermo!

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El suceso no fue mencionado nuevamente por ninguno de los dos ese día y los siguientes días transcurrieron con normalidad. Resultaba de cierta manera un poco penoso e incómodo de abordar para ambos. Pero las miradas revelaban lo que las palabras ocultaban... Y era algo imposible de olvidar.

Naraku: ¿Por qué te percibo más distraído de lo normal?

Toga: ¿A mi?

Naraku: ¡¡NO INFELIZ!! A Shishinki.

Toga: Él ya se fue.

Naraku: (Lo golpea) ¡¡Imbécil!! Claro que te hablo a ti. (Suspira) No sé ya que pasa contigo, cada día estás peor. Es por Irasue, seguro.

Toga: (Sonríe al recordarla) Si.

Naraku: Ah, y tienes el descaro de admitirlo.

Toga: ¿Por qué te molesta?

Naraku: No me molesta. Sólo que recuerdo a mi general decirme siempre: (Agudiza la voz) "Ni piirdis ti quibizi pir ini mijir" (Tono normal) ¡¡Y mírate!! Escupiste para arriba.

Toga: Es distinto.

Naraku: (Con desespero) ¿Distinto por queeeeeé?

Toga se detiene en seco y junto a él Naraku que continúa hablando y diciendo quién sabe qué. Es que en las lejanías observa a la mujer más hermosa sobre la faz de la tierra.

Recuerda aquellos días de cansancio en los cuáles volvía a su vivienda sólo a descansar, comer cualquier cosa y dormir. Así era cada día a espera de que llegase el día de descanso en que podría reunirse con Irasue. Y ahora ella le esperaba.

Toga: Te veo mañana.

Avanza como poseído, sin esperar respuesta, al menos por cortesía. ¡Es un caso perdido! Su amigo sujeta sus ropas impidiéndole avanzar.

Toga: (Molesto) ¿Qué te pasa?

Naraku: (Suspira) Toga... Está bien, me alegra que al fin seas feliz. Verdaderamente yo siempre quise molestarte utilizando a Irasue como pretexto. Obviamente sabía que no ibas a enamorarte de una niña, pero tampoco dabas señales de que te interesara alguien... Siempre has sido extraño ¿Sabes? Y de hecho en algún punto llegué a creer que no te gustaban las mujeres.

Toga: (Sorprendido) ¿Perdón?

Naraku: ¿Qué edad tienes? Treinta y todos y estabas solo, seguro más de uno pensó que...

Toga: Bueno, gracias por la sinceridad. ¿Podrías dejarme ir?

Naraku: Sólo quiero recordarte que un gran contingente avanzaba desde el sur. Nos superan por mucho en número Toga.

Toga: (Pensativo) Ya lo sé.

Naraku: Aprovecha tu tiempo que quizá tarde o temprano...

Toga: (Suspira) Gracias.

Naraku: Oye, no te enojes.

Toga: (Serio) No, tienes razón. No se lo he dicho... (Suspira) Espero todo se solucione y no sea necesario partir.

Naraku: (Asiente) No tardarán en llegar reportes e indicaciones por parte del Rey.

De pronto se escucha mucho ruido de personas y todos se apresuran hacia un punto en específico.

Naraku: ¡Ya le cayó!

Ambos se inclinan, haciendo una reverencia ante el Rey que se ha presentado ante ellos. Temen que la indicación tenga relación con algún conflicto armado y sea necesario partir.

Sacrificando el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora