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Abrió sus ojos con la respiración agitada mirando a todos lados, su cabeza dolía como un infierno, sus ojos pesaban ante el brillo de sol que salía de el otro lado de la ventana, su corazón palpitaba con gran fuerza sin poder controlar la emoción, ¿había soñado? ¿Eso era una señal? ¿Acaso todo había sido una mala pesadilla?

—¡Elizabeth!— gritó levantándose de la cama notando que se había dormido con zapatos, inspeccionó la habitación —¡Elizabeth!— inspeccionó el baño, se asomó desde la puerta para ver la cocina y la sala pero no, no estaba ella, la mancha de su sangre seguía en la alfombra y los vidrios de la botella que lanzó seguían en una esquina. Su mente le había jugado un muy mala broma, ahora se sentía aún más desprotegido que antes y su corazón le ardía pidiendo una vez más ese abrazo cálido 

Smooth criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora