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—Solo hablare con Diane— no muy convencido el más bajo asintió con a cabeza, le besó una última vez su frente haciendo que ella sonriera felizmente y luego le permitió que saliera de el local de las nieves para hacer su llamada —Diane —

—Elizabeth. Me sorprende tu llamada— la albina suspiro

—Necesito tu ayuda— la castaña alzó una caja confundida mordiéndose el labio para no gemir. Howser le hacía un oral de los dioses mientras king dormía plácidamente—Diane, estoy embarazada de meliodas y temo que...—

—¿¡Qué estás qué!?— Elizabeth retiro un poco súper móvil de su oreja—Oh no no no Ellie. ¿Que hiciste? Eso no es posible —

—¿Por que no?—

—P-Pues por que...— se quedó en un total silencio. No sabía si era por el hecho de que estaba embarazada o por que estaba furiosa pero ya no estaba dispuesta a callarse

—Lo lamento pero ya no podrás atar a meliodas a ti. Él si me es fiel y no se acuesta con zorras como tú. ¡Es mío Diane! Gracias por nada— y ya no permitió que ella le replicara. Solamente le colgó con la cara roja de la furia y empezó a inhalar y exhalar para entrar tranquila con su amado. Nunca se detuvo a mirar qué el acosador la había escuchado y que solamente quería sacarle ese hijo bastardeo que crecía en su vientre 

—¡Esa maldita...!—

—¿Qué pasa nena?— Diane rodó los ojos y acercó un poco más la cara de su amante hasta su intimidad

—Elizabeth está embarazada— no supo lo que le habían afectado esas palabras a el de ojos morados 

Smooth criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora