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—Una carta— susurró. Abrió sus ojos después de un largo sueño; notando que la cerveza que se había tomado estaba en el suelo vacía y que su mejor amigo y su hermano dejaron de ver televisión cuando lo escucharon

—¿Qué dijiste?—

—Una carta. ¡Ese maldito le envío cartas!— eso era una perfecta pista para él asegurarse de que no la había matado como para acercarse a aquel que se la había arrebatado. Salió corriendo a la habitación de de Elizabeth lo más rápido que pudo solo para llegar hasta su closet. Lo abrió con desesperación, empezó a buscar entre su ropa y zapatos sabiendo donde es que ella guardaba sus recuerdos y cuando encontró la caja la sacó ante la atenta mirada de los presentes —Lo recuerdo, el día que le pedí que fuera mi novia dijo que le había mandado una carta, pero no lo hice.—

—¿Y no fue tu...?—

—Él y yo tenemos la misma letra— eso era real. Ignorando la cara confusa que ban le lanzó a ambos hermanos zeldris sol asintió con la cabeza. El demonio y meliodas tenían la misma letra—Si comparamos las cartas que yo le mande con las que él le mando podremos investigar — eso era una gran pista y un consuelo para el rubio 

Smooth criminalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora