CAPÍTULO 104: "La charla"

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Ha pasado una semana desde que fui con Paul y Claire a comprar comida (cosa que a Jacob no le gustó nada cuando se enteró que Claire iba conmigo). 
Claire ha tomado la costumbre de estar por las mañanas en la casa de Paul comiendo cereales, aunque para ella comer comida humana le resulte asqueroso, dijo que lo hace para sentirse más humana y para tratar de no darme miedo, Paul estuvo en contra de que se comiera su comida, pero luego se ha acostumbrado y le compra a ella sus cereales para que así no se queje, se conforme con los cereales y no se coma toda la comida de Paul.
A Paul no le cae bien Claire, bueno... a ninguno de los perros les cae bien, y menos a Jacob, pero se aguantan.

Varias veces Emily me ha preguntado si estoy haciendo los deberes que me manda para entregarlos cuando acabe mi expulsión, yo le decía que sí aunque fuese mentira. No he hecho ni una mierda de los ejercicios, ni siquiera he abierto los libros nuevos, hasta siguen aún con el envoltorio del plastiquito.
Y ni de coña me va a dar tiempo a hacer dos meses de deberes en dos semanas.
Bueno... no me preocupo mucho, ya se me ocurrirá algo o alguna excusa.
¿Se podrá sobornar a los profesores?

___: ¡Casi se me olvida!

Me levanté rápido de la cama y fui hacia el bolso donde contenía las cartas de Helen y todo lo demás y saqué el muñeco siniestro del payaso.

___: Es hora de que hagas tu labor.

Me fui al baño a ducharme y a lo demás, cuando acabé, me vestí y bajé las escaleras con el muñeco en la mano.
Salí de mi casa cerrando la puerta tras de mí, y caminé hacia la casa de Paul. Al llegar allí, abrí la puerta y lo primero que vi fue a Claire comiendo cereales en el sofá de Paul.

___: Paul debería de cerrar la puerta con llave, puede que algún día se cuelen en su casa y le roben.
Claire: Se lo he dicho, y lo único que me ha respondido ha sido con un gruñido de chucho. Luego para que no diga que no nos preocupamos por él.
___: Pero si cierra la puerta con llave ¿tú cómo vas a entrar?
Claire: Tranquila, le hice una copia a la llave de su casa.

Claire sacó un llavero de su bolsillo y me lo mostró agitándolo en el aire.

___: ¡Yo también!

Saqué la llave de Paul de uno de mis bolsillos de mi pantalón y se la mostré a Claire, la cual se rio.

Claire: Pastelito, ¿qué es esa cosa que tienes en la mano?

Claire señaló con asco el muñeco siniestro y mohoso, se lo mostré y ella puso una mueca.

___: Es un muñeco. Me lo encontré... por... ahí... y quiero regalárselo a Paul.
Claire: Pastelito, no creo que le guste al chucho.
___: Lo sé, ahí está la gracia.
Claire: Oh, ya entendí.
___: ¿Dónde está?
Claire: Está durmiendo. Desde aquí puedo escuchar sus ronquidos de pulgoso.
___: Si me pega ¿me vas a defender?
Claire: Por supuesto. Eres mi Pastelito.

Asentí y caminé hacia las escaleras de la casa, las subí y ya estando en la segunda planta fui directa a la habitación de Paul.
Muy despacito y silenciosamente abrí la puerta de su habitación encontrándome con tremenda pocilga de cerdo, con una bestia dormida en la cama roncando y con una oscuridad que no podía ver una mierda.
Me acerqué a su cama y pude verle la cara toda relajada, al verlo suspiré... que fácil sería ahogarlo con la almohada, pero contuve las ganas y puse el muñeco en la mesita de noche al lado de su cara, para que así cuando se despierte lo primero que vea sea esa cosa siniestra.
Con mucho sigilo caminé de vuelta hacia la puerta y luego la cerré cuidadosamente de que el pulgoso que hay durmiendo no se despertara. Al bajar las escaleras Claire ya no estaba en el sofá.

___: ¿Claire?

La llamé pero no me contestó. Supuse que se había ido.
Será mentirosa, con que me iba a proteger...

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