CAPÍTULO 9: Paul de niñera

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A pasado tres semanas desde que Paul me dijo que dejara de ver a los Cullen, cosa fallida, los Cullen están un poco más tranquilos menos Rosalie que sigue cabreada y eso es porque Eduardo ahora es el novio de Bella Swan, aunque yo no la conozco, por ahora.
Como siempre me levanto, me visto y me dirijo a gorrearle como todos los días al hormonal de mi vecino el chucho sarnoso Paul Lahote, como ya le hice una copia a la llave sin que se diera cuenta, introduje la llave en la cerradura pero ¿con que me encuentro? Que el chucho pulgoso a cambiado la cerradura para que no entre, será gilipollas, ¿es que no sabe a quién intenta echar?
La única ventana que estaba abierta era la de su cuarto pero lo malo es que estaba en el segundo piso, pero como yo trepo los árboles como si fuese un mono araña será fácil, su ventana estaba al lado del canalón, trepé por ahí y me asomé a la ventana, el muy capullo estaba dormido, abrí la ventana muy despacio para que no se levantara.
Fui abajo al primer piso y busqué entre los cajones algún rotulador para que cuando se despierte y vea su horrenda cara en el espejo y se acuerde de mí. Agarré el rotulador y me fui a su cuarto, le pinté en la frente "idiota" en la mejilla "___ estuvo aquí" y en la otra "no te librarás de mí" y como tenía el pecho al descubierto le dejé un bonito mensaje "idiota hormonal no te librarás de mí tan fácilmente, esto no es una amenaza esto es solo una advertencia, si sigues intentando echarme de tu casa, le prenderé fuego, si yo no puedo entrar nadie lo hará"
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, de allí agarré las galletas y me hice mi Colacao, me lo bebí rápido y me fui cagando leches para mi casa, no quiero estar delante cuando se despierte.
Al poco rato cuando me estaba preparando para irme al puto colegio de mierda, se oye un grito diciendo mi nombre, miré por la ventana y Paul estaba en mi puerta con la cara de cabreo increíble, estaba pegando golpes en mi puerta, si sigue así, el muy cabezón me la echará abajo. Abrí la ventana de la parte de atrás de mi casa y corrí todo lo rápido que mis piernas podían mientras escuchaba a lo lejos mi nombre.
Al llegar al colegio me dirigí a mi sitio de siempre a dormir, cuando estaba en mi sueño que soñaba que dormía que soñaba que estaba soñando dormida... ¿un sueño raro verdad? Bueno en fin, que cuando estaba en mi sueño escucho una voz llamándome, era el cara almorrana de mi maestro.

Cara almorrana: ___ no puedes dormir en mi clase, ¿has hecho la tarea?
___: ¿Y tú, has corregido los exámenes?
Cara almorrana: Tengo más alumnos, no puedo.
___: Y yo tengo más asignaturas, no puedo.
Cara almorrana: No me hables en ese tono.
___: Tú tampoco me hables en ese tonito, te me vas calmando.
Cara almorrana: Se acabó, te quedarás una hora más después de clases.

Después de discutir con el gruñón de mi profesor me dirijo a la biblioteca, pero me encuentro con las tres siamesas. Que feas son joder, me da asco tocarlas con un palo, deberían de multar a sus madres por engendrar cosas tan horripilantes como ellas.
Las tres horrendas me vieron y se acercaron a mí, insultos listos y preparados, aquí viene la diversión.

Estúpida 1: Mira quien tenemos aquí si es la rarita de ___.
___: ¿No te cansas de repetir la misma frase? Pareces un disco rayado, a claro, como vuestro cerebro está subdesarrollado no os da para más.
Estúpida 2: Tú eres la tonta aquí.
___: Esto es un deja vú o algo así.
Sabía que existían las gilipollas pero tú me has sorprendido.
Estúpida 3: Te voy a agarrar de los pelos y te voy a restregar tu cara de fea por todas las taquillas.
___: Te voy a pegar una hostia que nos vamos a morir todas, tú de la hostia y las demás de la onda expansiva.
Estúpida 3: Venga a ver si te atreves, no eres cap...

No la dejé acabar porque le pegué tal hostia en la cara que hasta me picó la mano.

___: Anda, eso te pasa por bocachanclas.

Se echó a llorar y se fue rápido de allí, seguida de las perritas falderas, yo me senté en mi sitio de siempre de la biblioteca y me dormí.
Cuando era la hora de irnos a nuestras casas, me tuve que quedar una hora más porque era mi castigo.

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