Capitulo 2

797 24 0
                                    

Hay una trampilla bajo la alfombra con un mango de metal pesado. Está bloqueada. Golpeo en ella durante cinco minutos con mi mano buena hasta que me queman los hombros y quiero devolver mis tripas nuevamente. Me quedo mirando por un momento antes de correr para coger la llave de la caja plateada. ¿Qué tipo de juego enfermo es este? ¿Y por qué me tomo tanto tiempo darme cuenta acerca de la llave? No sé qué hacer. Me paseo alrededor de la trampilla en mis pies descalzos, golpeando la llave contra mi muslo. Es una llave anormalmente grande, antigua y de bronce. El ojo de la cerradura de la trampilla se ve lo suficientemente grande como para que quepa. Tengo otro escalofrió y esta vez sé que no es sólo por el frío. Detengo mi ritmo para examinar la llave más de cerca. Ocupa toda mi mano desde las yemas de los dedos hasta la muñeca. Hay un signo de interrogación en el centro de la manija, el metal curvado alrededor del símbolo en un diseño ornamentado. Dejo caer la llave en un pesado ruido metálico contra el suelo no lejos de donde vomité. Retrocedí hasta que mis omóplatos se presionaron conrea la pared.

-¿Qué .Es .Esto? –Por supuesto no había nadie que contestara, a menos que estén esperando justo debajo de la trampilla para decirme exactamente que es. Me estremezco y mis dedos se cierran automáticamente alrededor del cuchillo en mi bolsillo. La cuchilla esta afilada. Me siento muy bien acerca de eso. Tengo una predilección por los cuchillos afilados y segura como el infierno que se cómo usarlo. Si yo tengo una llave, ellos también tienen una. Puedo esperar aquí a que vengan, o puedo bajar. Prefiero la segunda opción: se siente como que me da un poco más de poder.

Camino rápidamente dejando a un lado el vómito y agarro la llave. Antes de que pueda pensar en lo que estoy haciendo, me agacho sobre la trampilla y hundo la llave en la cerradura.

Metal contra el metal y luego… clic.

Utilizo mi buena mano para abrirla. Es condenadamente pesada. Tengo cuidado de no hacer ruido cuando la bajo. Me asomo en la oscuridad, Hay una escalera, En la parte inferior de esta hay una alfombra redonda y un pasillo. No puedo ver más allá de unos pocos metros. Voy a tener que bajar. Pongo el cuchillo entre mis dientes y cuento los peldaños mientras subo.

Uno… dos… tres… cuatro…  cinco… seis. Mis pies golpearon la alfombra. El suelo está frío. El frío se dispara a través de mis piernas ¿Por qué no se me había ocurrido buscar los zapatos?

Tengo mi cuchillo con el brazo extendido, listo para apuñalar a cualquiera que salte hacia mí, Iré hacia la cavidad ocular. Y si no puedo llegar a eso… las bolas. Sólo un golpe fuerte, y cuando estén doblados, correré. Ahora que hay un plan, echo un vistazo alrededor. Hay un tragaluz encima de mí, rayos delgados del sol perforan a través de él y golpean el suelo de madera. Doy un paso a través de ellos, con los ojos recorriendo el lugar por un oculto atacante.

Estoy al final de un pasillo: pisos de madera, paredes de madera, techo de madera. Hay tres puertas: dos en el lado izquierdo, una a la derecha. Todas ellas están cerradas. Hay una pared detrás de mí, así que como la escalera por la que bajé, Más allá del pasillo puedo ver un rellano. Decido que es donde iré primero. Si alguien salta de una de esas puestas, estaré delante de ellos en camino a la puerta principal. Algo está susurrando en la parte trasera de mi celebro que esto no va a ser tan fácil. Camino de puntillas pasando las puertas t me detengo en el rellano. El cuchillo aferrando en mi mano, parece pequeño en comparación con la situación.

Obviamente estoy en una cabaña. Bajando las escaleras hacían la izquierda puedo distinguir una cocina grande abierta. A la derecha una sala de estar con una alfombra de color crema. Todo es inquietantemente tranquilo. Bajo lentamente por las escaleras, de espalda a la pared. Si puedo llegar a la puerta principal, puedo correr y medir ayuda. Mi cordura se va cuando vi la interminable nieve por la ventana de la habitación circular. Empujo el pensamiento lejos. Habrá alguien… una casa… o una tienda, tal vez. Dios, ¿Por qué no había pensado en tomar zapatos? Soy toda acción y nada de celebro. Voy a tener que correr a través de tres pes de nieve sin nada de en mis pies. La puerta de entrada está directamente en la parte inferior de la escalera. Echo un vistazo a la planta superior para asegurarme de que nadie me sigue, y luego me lanzo por ello. Está bloqueada, Un teclado está situado junto a la puerta. Se abre electrónicamente. Voy a tener que encontrar otra salida, Estoy temblando de nuevo. Si alguien me ataca ahora, no sería capaz de sujetar el cuchillo lo suficientemente estable como para defenderme. Podría romper una ventana. La cocina se encuentra frente a mi izquierda. Intento eso primero. Es de forma rectangular, electrodomésticos de brillante acero inoxidable. Lucen nuevos.

Dios ¿Dónde estoy? Una ventana corre a lo largo de la cocina hasta la ventana. En la esquina hay una pesada mesa circular con dos bancos curvos a ambos lados. Camino hacia los cajones y los abro hasta que encuentro en que tiene los cuchillos. Tomo el más grande, compruebo su peso en la mano antes de dejar mi pequeño cuchillo en la encimera, Pensándolo mejor lo deslizo en mi bolsillo.

Ahora que tengo un arma, un arma de verdad, me dirijo a la sala de estar. Libros bordean una de las paredes; en la otra la chimenea. Un sofá y un sillón de dos plazas están dispuestos alrededor de la mesa de café es demasiado pesada para que yo la levante, especialmente con un esguince en la muñeca. Cuando miro más de cerca veo que está atornillada al suelo. No hay sillas. Vuelvo a la cocina, abro todos los armarios y cajones, mi desesperación aumenta con cada segundo. Me arriesgo a ser descubierta. No hay nada lo suficientemente grande o pesado como para romper una ventana. Con una sensación de hundimiento, me doy cuenta de que voy a tener que ir al piso de arriba. Esto podría ser una trampa. Podría haber alguien escondido detrás de una de las puertas. Pero, ¿Por qué me dan la llave de la habitación en la que estaba encerrada si querían atraparme? ¿Estaban jugando un juego? Todo mi cuerpo está temblando mientras subo por las escaleras. No he llorado en años, pero me siento tan cerca de las lágrimas como nunca. Un pie delante del otro Senna, y si alguien salta hacia ti, utiliza el cuchillo y lo cortas por la mitad. Estoy entre las puertas. Elijo la de mi izquierda, pongo la mano en el pomo y giro. Puedo oírme respirar: respiraciones aterrorizadas, frías e irregulares.

Se abre.

-Oh, Dios mío.

Pongo una mano sobre mi boca y agarro mi arma más fuerte. No bajo mi cuchillo y me espero hasta estar lista. Doy un paso hacia la alfombra, mis dedos de los pies se encrespan alrededor de estar con la necesidad de aferrarse a algo. Una cama con dosel se sitúa contra la pared del fondo, frente a mí. Se parece a una cama con dosel diseñada para un niño, pero es de tamaño King. Dos de los barrotes son como los de un carrusel de tamaño real, sus barrotes desaparecen en las vigas de madera del techo. Hay una chimenea en mi izquierda, un asiento en la ventana a mi derecha. Estoy teniendo un problema para respirar. Primero los encendedores, luego la llave, y ahora… esto.

No puedo salir de aquí lo suficientemente rápido. Cierro la puerta tras de mí. Una puerta más. Esta se siente más aterradora que la anterior. ¿Es sólo mi intuición o es este el último lugar en donde mi secuestrador podría estar escondido? Estoy de pie en frente a ella por un largo tiempo, mi respiración se encrespa en el aire, los dedos de mi mano buena apretando fuertemente mi pequeño cuchillo. Alcanzo la perilla con la mano lesionada y me estremezco cuando el dolor se dispara por mi brazo. Empujo para abrirla y espero. La habitación esta oscura, pero hasta ahora nadie me ha saltado encima.

Doy un paso adelante, palpando por un interruptor de luz. Entonces lo oigo; un gemido profundo y gutural de un hombre. Retrocedo de la habitación, apuntando mi cuchillo hacia el sonido. Quiero correr, volver a subir la escalera y encerrarme en la sala redonda. No lo hago. Si no voy a buscar de lo que me trajo aquí, esto vendrá a buscarme. No será una víctima. No otra vez. Mi corazón late de manera irregular. Los gemidos de repente se detienen como si se diera cuenta de que estoy aquí. Puedo escuchar su respiración. Me pregunto si me puede oír. El ruido comienza de nuevo palabras ahogadas esta vez como si estuviera hablando a través de algo. Palabras… palabras que suenan como ¡AYÚDAME! Esto podría ser una trampa ¿Qué hago?

Camine directo hacia ella.

Mud VeinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora