— Que bueno que volviste, YoonGi.
— Se sentía como si te fuiste hace un año y medio.
— Y Jimin entró en leve depresión en los primeros días, sin descontar el hecho de que casi iba a visitarte, pero le dijimos que no se permitía eso.
— ¡C-Cállate, Jungkook!
Sus amigos comenzaron a reír por ver el rubor en sus mejillas. Se sentía tan avergonzado desde que habían llegado a la cafetería junto a YoonGi, ya que, tanto Jin como Jungkook se habían encargado de contarle a su novio todo lo que había hecho en su ausencia, sin dejar nada de lado y agregando a aquellos que estuvieron coqueteándole cuando creyeron que estaba soltero.
YoonGi solo escuchaba todo atentamente y sonriente, mientras tenía el brazo de Taehyung rodeando sus hombros. El de cabellos rubios no lo había soltado desde que lo vio entrar a la cafetería, ofendiendose con su hermano por no haberle dicho que había vuelto del servicio y abrazándolo hasta el momento, importandole poco que Jimin lo mirara mal por ser un celocito, pero sonriendo cuando el de cabellos rosados le daba leve pellizcones al dorso de su mano que se posaba sobre el hombro del azabache.
— Te dije que no me callaría nunca. -sonrió divertido, dándole un sorbo a su café helado con sorbete-
— Me alegra que hayas vuelto, YoonGi. -habló hoseok, sonriendo tierno hacia el azabache que imitó su acción rápidamente- ¿Hasta cuándo te quedarás?
— Oh, solo dos semanas. -bajó la mirada al sentir que sus amigos y sobre todo su novio, lo observaron con perplejidad, y un tanto deprimidos al escucharlo- A todos le dieron ese tiempo, y realmente me necesitan allí.
No quería decirle a sus amigos que era bueno portando armas, ni que tampoco era uno de los las habilidosos dentro del servicio, y por esa razón le habían dado menos tiempo.. No quería decirles que estaban pasando por un momento difícil.
— No estarás para navidad..
— Ni año nuevo..
— Chicos, no es algo que yo pueda decidir y lo saben. -sintió como el brazo de Tae se alejó de sus hombros, por lo que lo observó y notó la expresión triste de éste- Haré lo que pueda para contactarme con ustedes.
— Sabes que eso no pasará. -la voz de su novio se hizo escuchar. Jimin mantenía la mirada perdida, sintiéndose desilusionado al pensar que podría pasar una bonita navidad a su lado o incluso año nuevo, pero eso no sucedería por el maldito servicio- Lo entendemos, de todos modos.
— Entonces, te aprovecharemos a lo máximo. -pronunció Hoseok, mostrando positividad para aliviar ese deprimente ambiente en el que accidentalmente había provocado al preguntar. Apoyó sus brazos sobre la mesa, observando de soslayo a Jungkook que lo veía de igual modo- Creo que deberíamos de ir a algún club y bailar.
— Opino lo mismo que Hobi Hyung. ¡Me apunto!
— Creo que todos deberíamos ir. -Seokjin sonrió tierno, observando a Jimin, estirando un poco su pie para rozar el del pelirosa y así llamar su atención, haciéndole una seña a que dejara de mostrarle esa expresión a su novio-
Pero Jimin no podía evitarlo. El saber que solo tendría dos semanas y descontando, porque su chico deseaba ver a su madre, le ponía demasiado triste que no tuvieran más tiempo juntos como pareja, pero debía comprender que ambos tenían sus asuntos que cumplir y eso era lo que más dolía.
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YoonGi entró a la habitación que ambos compartían, viendo a su chico recostado sobre la cama con las pijamas ya puestas, dándole la espalda a la puerta en donde él estaba observándolo. Suspiró con frustración, frotando su cuello mientras se acercaba a la cama, recostandose con sumo cuidado y abrazando a su chico por detrás, sonriendo al hacer cucharita por primera vez.
Las flores que le había obsequiado estaban aún en la mesa del comedor. Jimin las había dejado allí en absoluto silencio luego de que llegaran de la cena que tuvieron con sus amigos, y se dirigió hacia la habitación rápidamente a cambiarse, y recostarse.
Jimin se removió entre sus brazos, apegándose más hacia su pecho, rozando accidentalmente su trasero contra su pelvis, haciéndole sonreír nuevamente al saber que estaba despierto.
— Perdón. -susurró el pelirosa, sintiendo como las manos de YoonGi dejaron de estar en si cintura, para deslizarse hacia sus piernas descubiertas al estar usando un shorts de pijama. Se estremeció al recibir un beso en su nuca junto a la respiración que chocó contra su cuello-
— ¿Pides "perdón" por rozarme? Eso es nuevo.
— No lo dije por eso. -volvió a susurrar, dejando de lado el estremecimiento corporal y la presión alterada debido a las caricias que recibía en sus muslos por esas manos venosas. Volteó un poco su rostro para ver el ajeno que se concentraba en la parte baja de su cuerpo, pero que dirigió también su mirada hacia sus ojos, sin dejar de tocarlo- Pido perdón por haber estado ausente con nuestros amigos.
YoonGi acercó su rostro hacia los pomposos labios que brillaban debido a la saliva que el menor aplicó hace segundos. Movió sus belfos con lentitud al ser recibido, haciendo un movimiento repentino para quedar encima de su chico, colocándose encima de su torso y sintiendo las manos de éste sobre su cintura, apretando cuando aumentó ese beso que al principio fue inocente. Jimin gimió sobre su boca al sentir el como YoonGi rozó sus intimidades, friccionando deliciosamente sus miembros y adentrando su lengua para atacar a la suya, siendo demasiado excitante que arqueó su espalda.
— D-Debemos hablar. -susurró sobre los labios del azabache, volviendo a ser besado con la misma necesidad, ahogando nuevamente un gemido cuando YoonGi chupó su lengua antes de alejarse un poco de su rostro, ignorando ese hilo de saliva que siempre los unía-
— Hablemos después. -y volvió a atacarlo, pero esta vez bajó los besos de sus labios a mentón, del mentón a su nuez de Adán, lamiendo su clavícula, haciéndole desear mucho más de lo que estaba ofreciendo- ¿O deseas que pare?
— N-No... -cerró sus ojos cuando sintió la lengua en su pezón izquierdo, jadeando cuando YoonGi lo mordió levemente, haciendo un poco de presión después- No pares...
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Te Deseo|| Terminada
Fanfiction"El amor es como un sube y baja de emociones, como una balanza o un ramo de rosas que tarde o temprano se marchita. El amor a veces te llena tanto hasta querer más de ello o te agobia hasta cansarte de ver el rostro de aquella persona a tu lado, sin...