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JungKook había decidido aparecer muy temprano, mi frente aún dolía y creo que a YoonGi también le dolía porque le veía sobarse ligeramente y ocultar el posible golpe con su flequillo muy despeinado. JungKook se pasó, YoonGi ya sabía que era mi hermano y sin muchos peros lo dejo entrar, los tres nos detuvimos en la sala y JungKook ya no era el tipo protector y eso, ahora lucia tímido, no inferior, pero supongo que le costaba hablar.

— El es JungKook, mi hermano.

— Con que eres la amiga.... — Te odio Jeon.

— No hay ninguna amiga olvida eso. El es YoonGi, mi... mi roommate.

— Un gustazo... pero si eres el sujeto qué pasó corriendo ayer. — Tal parece que sigue siendo inteligentísimo. — YoonGi no dijo mucho hasta JungKook volvió a abrir la boca. — Bueno HyeNi me llevas a tu cuarto. Hablemos.

Eso hice, pero, JungKook se detuvo en la puerta que permanecía abierta, la puerta del cuarto de YoonGi, logrando ver su cama con las cobijas no revueltas pero si arrugadas, a causa de que habíamos dormido un par de horas, recordé el golpe en mi frente y lo vergonzoso que fue tenerle de cerca, confundiéndome entre la realidad y mi sueño. De no ser porque me miro extrañado y los sonidos de la puerta que eran cada vez más fuertes, le hubiera besado, como si aquello fuera parte de mi sueño.

JungKook entró antes y miró mi cama, la cual estaba perfectamente tendida, ya imaginaba que estaba armando toda una escena en su mente y negué varias veces con la cabeza cuando me miro preguntándome que carajos.

— La he tendido.

— Era más creíble que me dijeras que dormiste en el piso o en la sala, joder, así se empieza.

— ¿Lo dices porqué tu y Ji...?

— Joder, HyeNi me has llamado heterosexual antes. Cállate.

— Lo siento, ¿qué hablamos?

— Que papá está en Japón, fuera de broma, lo del mercado y su agencia, han tenido buenísimas ganancias ahí, y estoy novecientos noventa y nueve por ciento que me va a mandar a estudiar lejos.

— ¿Por qué te has escapado?

— Si, pero no creo que sea el único.

Entendí rápido y en seguida me excuse como si le estuviera diciendo ya a mi padre. — Yo tengo una vida aquí.

— Sus empleados también la tenían.... como sea es de dos semanas para que nos comencemos a preparar mentalmente para lo que vine. ¿Cuántos años tiene?

— ¿Quién?

— Seguramente el perro del vecino idiota. El tal YoonGi.

— Dos más que yo.

— ¿Dos?, bueno va, pero donde empiecen a cambiar polvos por la renta considérate que te estás vendiendo.

— ¡JungKook!

— Pero si se te ha puesto la cara colorada, de no ser que ya se han dado unos.

— Llevo una semana aquí.

— Pero no se conocieron ayer, ¿me equivoco?

— ¿Qué sabes?

— Que estuviste de viaje y fumaron juntos, por dios, alguien que conozco que sabe que somos hermanos me ha dicho que...

— SeoJin...

— No, TaeHyung.

— Joder....¿le has dicho que vivo aquí? — Casi grito la pregunta. 

STAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora