𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙽𝙳 𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙶𝙰𝙸𝙽

Capítulo 2

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¿Escuchaste bien?

—Podemos ir a divertirnos un rato después de que acaben las clases, ¿qué opinan? Mis hermosas enfermeras—

Mic hablaba coquetamente, lleno de rebosante confianza, sin temer a algún tipo de rechazo, aquella voz seductora con la que en muchas ocasiones te terminaba acorralando no era algo exclusivo para ti, sino que al parecer es para todas,  él era de todas, así te lo hizo sentir.

—Mic—esa voz seria pero atrayente era inconfundible, era Vlad—¿Has visto a la señorita? Aún no regresa a la sala de profesores, y como eres algo...cercano a ella creo que sabras algo al respecto, ¿y bien?

—Huh, ¿no ves que estoy ocupado?—dejó en claro su prioridad al medio toquetear a una de las enfermeras—Además la 'profesora' ya esta grandecita como para que vayas a buscarla como si fueras su papito, amigo.

—Ah—el suspiro pesado de Vlad denotó su molestia, se alejó de ahí a pasos acelerados—Sigue con lo tuyo, Mic.

—Oye, espera—el rubio alzó la voz, se oía serio esta vez—Te conviene no acercarte más a Sunflower, Vlad.

—¿huh?—el hombre arqueó una ceja—Si vas a decir algo dilo bien, no me agrada que seas indirecto.

—Sólo hace falta ver cómo se viste—intervino una de las enfermeras.

—Esta tan desesperada—añadió la otra.

—Quizás piensa que haciendo eso, el querido Mic pondrá sus ojos en ella. Pero no puede ser de lo más patético...

—¡Exclama a gritos que le ponga las manos encima!—completaron.

Tu pecho dio un vuelco de dolor, a esas alturas lo mínimo que esperabas era que Mic defendiese tu honor, esas mujeres te llamaron "putx" en resumidas cuentas, y aún asi sin embargo, Mic las dejó ser y no detuvo sus palabras, dejó que hablaran esas pestes de ti.

—Ja—

Vlad hecho una breve carcajada tras escuchar a esas mujeres, luego de unos segundos, poco a poco, una gentil expresión se apoderó de su rostro, no podria mostrarse más dulce, Mic que estaba al tanto de esa expresión sintió un desagrado automático dentro de si.

Sekijiro puso su puño en el corazón, mientras tanto tú te calmaste, pensabas irte de ese lugar, no querias seguir escuchando, no soportarias más estando en esa situación, pero, antes de poder irte, las palabras que salieron de la boca de Vlad te detuvieron.

—Ella es una mujer a la que puedes darle tu confianza sin el temor de llegar a ser apuñalado—miró a Mic, señalandolo con toda la intención.

—Vaya... Qué conmovedor—sarcástico, Mic aplaudió unos breves segundos—Sigue asi, seguro que esta misma noche te la puedes llevar a la cama. Es así de fácil, Vlad.

El hombre guardó silencio unos segundos, tenía las palabras indicadas para Mic.

—"Nunca esperes que los cerdos sepan apreciar la belleza y el valor de un diamante".
Ahora si me disculpas Mic, con tu permiso—

Sin mover ni un sólo centímetro de ti, permaneciste quieta en tu misma posición, de no ser por las palabras de Vlad, seguramente estarias llorando ahí mismo o en algún otro lugar de la U.A, sola y ahogada en una pena constante.

—Profesora...—Vlad susurró al verte, Mic aún estaba cerca y no seria nada bueno para ti toparte con él, era ya demasiado obvio—Ven conmigo.