𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙽𝙳 𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙶𝙰𝙸𝙽

Capítulo 18

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Como era de esperarse, el rumor llegó a la U.A..

Pero no pasó de ser sólo un rumor, puesto que no habia el mencionado anillo reluciendo entre alguno de tus dedos.

—¿Nos vamos? Mi reina—

Kan como de costumbre te esperaba a un lado del pasillo, con una sonrisa calida y un gesto sutil que realzaba su cariño por ti.

—¿Aún no estas lista para usar el anillo?—

—Perdón...

—Descuida—besó tus manos—Eso aún puede esperar. Pero nada borrará el hecho de que aceptaste mis sentimientos y esclareciste los tuyos—se regocijó contra tu pecho—Estoy felíz, mi reina.

—Sí... Yo también—acariciaste sus cabellos grises.

—El director te llamó hace poco, ¿sucedió algo?—fuese lo que fuese contabas con su apoyo.

—Quiso felicitarme por hacer un buen trabajo, los estudiantes han mejorado bastante en su desempeño.

—Qué orgullo, mi reina es una mujer muy capaz y determinada en lo que hace—

Contento, te sostuvo en brazos, soltaste una carcajada al sentir un aire de satisfacción nacer de tu vientre.

—Mi reina, cuán hermosa es mientras ríe—no habia duda, estaba mucho más que feliz.

—Me gusta más "Osita", Kan—el apego hacia ese apodo hizo que lo extrañases.

—Entonces "Osita" será otra vez, la verdad también desarrollé bastante cariño al llamarte asi.

Lo besaste y luego se acostaron en la cama.

—Oye Kan, ¿estarás ocupado el fin de semana?

—Sí, el director me pidió que lo ayudase con algunos asuntos de la Academia.
¿Había algo que querias hacer? Osita.

—Lo postergaremos para más adelante, no hay prisa.
Ahora ¿por qué no aprovechamos que estamos asi y nos...—se fueron a los besos—...Hmmm...Kan...

Tus intenciones eran evidentes, no habia razón para ocultar lo que querías hacer con él.

—Espero que estes lista para esto...Osita...Porque me muero de ganas de hacerte mía—

El ambiente se llenó de erotismo.

Además de una clara disposición por parte de ambos, la coordinación entre sus cuerpos correspondió a los estimulos que se lanzaban a medida que los movimientos tocaban fondo en el placer que se producian.

—Muerde mi cuello Kan—

...arañaste su espalda al sentir como su falo tocaba hasta lo más profundo de tu interior.

Moverte un poco dilataba tu estrecha entrada, secretando asi más de aquel fluido viscoso que servia de lubricante, sumado de la fuerza y el largo que entraba y salia de ti, sentias romperte ante el éxtasis en cualquier momento.

Era demasiado, bastante.

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Al día siguiente, durante la hora del receso, ocurrió algo que pensaste no llegaría a pasar, al menos no tan pronto.

—Perdón Sunflower...—no era una disculpa para regresar contigo, pedía perdón por haber sido egoista—Mereces ser felíz y yo sólo estoy... Jodiendo tu progreso.