𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙽𝙳 𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙶𝙰𝙸𝙽

Capítulo 19

[Este capítulo contiene escenas fuertes que pueden afectar a personas sensibles- okno, continúa con tu lectura :]

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(Oficina del Director)

—Estoy aqui, Director Nezu—tragaste hondo, tenias un mal presentimiento.

Te había llamado tan repentinamente que resultaba inquietante por alguna razón.

—Tienes que volver a Tartarus—fue determinante.

—Entiendo—asentiste.

—Pero, no te quedarás allá. La Comisión quiere que veas a uno de los internos, sólo será por unos días—añadió—Aún no tienes un puesto establecido aqui en U.A., sin embargo, la comitiva parece estar discutiendo aún el asunto.
Si las cosas siguen asi, el puesto será tuyo, Profesora Rinkuso.

Te contentaste de inmediato, no era un 'adiós' a la Academia.

—¿Cuando tendré que ir a Tartarus?

—La semana entrante—mostró preocupación—Debe tener cuidado, por favor.

—Gracias, no se preocupe—te retiraste.

Estando en la sala de profesores, Kan te recibió algo inquieto, le contaste sobre tu situación en la Academia y demás, era obvio que ahora tendría temor de que fuese el trabajo lo que los alejara.

—Entonces. . . ¿Te irás la proxima semana?—sostenia tus manos, presionando levemente.

—Sí, por unos días.
Tengo que tratar con uno de los presos. Si me mandaron a llamar tan repentinamente entonces debe ser algo urgente.

—Te extrañaré, Osita—agachó la cabeza.

—Oye, serán unos dias.
Volveré lo más rápido que pueda permitirme, ¿si?—sujetaste su mentón para hacer que te viese.

Se abrazaron con disimulo, algo discreto, no estaban para cosas obscenas en ese momento, podría venir algún profesor o estudiante.

—Ven a mi casa hoy, por favor—le susurraste al oido.

—Ahí estaré—se enderezó—Pero, ¿puedo llevar a Helios conmigo?

—Helios... ¡Ah! Claro, tu mascota. Si, llevalo, lo extraño mucho.
Su pancita es blanda y sus patitas son todas suaves, es un perrito muy lindo y adorable—te emocionaba la idea.

Ya de noche, en casa, Kan llegó junto con su mascota, fuiste a tomar en brazos al adorable canino en la primera oportunidad.

—Awww, ¿quién es un buen perro? Ehhh, perrito lindo, gordito—

Lo llenaste de caricias, ignorando casi por completo que Kan también estaba ahí.

—Vaya, me engañas con mi perro, ehhh...—comentó él.

Reaccionaste y te abalanzaste en su contra, hundiendo juguetonamente tu cara contra sus pectorales tras caer sobre él.

—No lo hago, Kan—sonreiste de oreja a oreja.

—Jaja, cielos Osita, qué energias traes hoy—acarició tu cabeza.

—Hmmm—te abrazaste a él—No te soltaré hasta que me la pongas.

—No, no aguantarías ni 5 minutos en este estado.

—¿Estas retandome?—jpg.

—Callame la boca y demuestra lo contrario entonces—efectivamente, estaba retandote.