Capítulo 5

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Estabas agotada.

El sueño te venia persiguiendo desde el momento en el que te subiste a los hombros de Kan.

Los pensamientos que tenias sobre Mic fueron fluyendo en el camino, una sensación de nostalgia recorrió tu frente en cuanto divisaste tu vivienda, quizás, sólo quizás, si todo hubiese ido bien, ahora mismo estarian juntos, rumbo a la embelezante habitación para entregarse con toda su pasión.

—Vlad, es aquella casa de por ahí—a penas si pudiste señalar el sitio.

Kan te hizo bajar, no sabría como arreglarselas si te dormias de un momento al otro.
Caminaste apoyada a él, agarrándote de su brazo para tener equilibrio.
Estando fuera finalmente de tu vivienda, sacaste las llaves de tu cartera, se las diste a Kan ya que no divisabas bien el cerrojo de la puerta.

—Puedes pasar si gustas, Vlad.

El hombre asintió, tras entrar cerró la puerta y miró curioso todo el ambiente, habían algunas fotografías tuyas colgadas en la pared, se quedó viendo estas ya que era una buena oportunidad para ver alguna faceta tuya que desconociese.

—Puedes servirte un trago, hay algo de alcohol en la alacena—te recostaste en el sofá más grande de  la sala, aliviada—Ahhhh, nada como esta comodidad.

—Luces...diferente a cuando eras una estudiante—comentó.

—Pero sino he cambiado mucho.
La diferencia son solo los años y los daños.

Hubo silencio unos minutos, te inquietó que Kan no dijese nada tras eso, pensaste que quizás lo habías incomodado con tus palabras.

—¿Y bien? Osita.

—¿Eh?—no entendiste.

—¿Qué te hizo tanto daño? Al punto de borrar una sonrisa tan bella como la de esta fotografía.

A través sus palabras podias sentir un abrazo, un lugar en el cual dejarte cubrir por su calor, no era asunto suyo pero aún asi buscaba ayudarte, ¿por qué?

—Dime Vlad... ¿Por qué te entrometes tanto? No obtienes nada al hacerlo...—tras decir lo anterior, hiciste esquive total del contacto visual con él.

Dentro de ti te reclamaste, habia sonado mal, y lo que menos querias era ganarte el rechazo por parte de Kan.
Él habia sido tan amable contigo que la sola idea de causarle molestias con tu actitud te atormentaba.

—Tienes razón, no es como que gane algo, ¿no es asi?—hablaba con normalidad.

—No quisiera que mis problemas te llegasen a afectar, Vlad...—triste, escondiste tu rostro con uno de los cojines del sofa.

Al mirarte a la distancia y notar tu postura decayente, una serie de recuerdos vino a él de inmediato.

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Ya que tiempo atrás, cuando empezaste a enseñar en la U.A., Kan había estado observandote a la distancia.

Llamabas su curiosidad, eras la profesora nueva y eso fue suficiente motivo para que quisiera formar lazos de colegas contigo, la confianza entre compañeros de trabajo haría un mejor ambiente para desempeñarse.

Pero debido a que eras nueva precisamente, no sabía cómo acercarse a hablarte, le sorprendió ya que siempre pudo entablar conversaciones con el resto casi sin ningún esfuerzo.

"Oh, ahí va de nuevo—miró como ibas al lado de Mic—Vaya, siempre con un paso por adelante, supongo que por su personalidad se ve más accesible que el resto".

𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙽𝙳 𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙶𝙰𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora