𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙽𝙳 𝙾𝚅𝙴𝚁 𝙰𝙶𝙰𝙸𝙽

Capítulo 7

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No hablaron desde el inicio, cada uno tenía sus razones.
Solo bebieron en silencio, botella tras botella, poco a poco se aligeraba la tensión, aparentemente.

-¿La amas? Mic-parecia iba a fulminar a Mic si no escogia bien sus palabras.

El rubio tragó de un sorbo el contenido de su vaso, tomándose un poco más de tiempo para responder.

-Me da miedo-agregó en voz baja.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Kan... Lo diré de una vez.
Escuché todo.

El hombre se atoró con el alcohol.

-¿Qué?-estaba 'impactado'-Mic, ¿en serio?

-Vamos-arqueó una ceja-¿acaso me dirás que en realidad te fuiste de casa de Sunflower porque tenias que hacer cosas?

-Ja, lo sabía.
Asi que si notaste que me había percatado de tu presencia-se sirvió otro trago.

-...no podia procesarlo...
Todo este tiempo estuviste observandola.
Seguro muchas veces quisiste golpearme, ¿verdad?

-¿Quién no lo haria?-de hecho queria hacerlo en ese mismo instante.

-Buen golpe para mi, Kan-bebió más a prisa-Solo con mirarla...ya con eso... ¿la amas? Kan.

-No hace falta tocar a alguien para saber qué es lo que sientes.
Pero asi es, la amo, Mic.

Las calles eran poco transitadas a esas horas, el camino era más libre, aquel viento frio que rosaba contra tus mejillas era refrescante, extrañamente sentias caliente la entrepierna.

-Tal vez si me chocó un poquito beber en casa...-te cuestionaste, pero estabas ya a escasos minutos de llegar al bar.

Dentro del sitio, fuiste directo a una estancia más abierta al publico, cerca de la pista de baile, estar sola y ahogada con tus próximas copas a ordenar sería muy arriesgado, serias un blanco fácil, no faltarían aquellos que quisieran pasarse de listos al ver a una dama sin la compañia de alguien que la respaldase.

-Entre tantas personas al menos puedo excusarme con lo que quiera, aunque claro, si alguien intenta algo voy a romper una botella en su entrepierna-determinaste.

Rápidamente pediste te trajesen una botella sellada de Rom, te sentaste y observaste a las parejitas moverse coquetamente al compás de la pista.

-Ahhh... Qué buena noche para no tener pareja-dijiste con ironía.

-Buenas noches, preciosa-escuchaste la voz a tus espaldas.

No te molestaste en responder, era obvio que se trataba de uno de esos tramposos.

Ante tu negativa el sujeto intentó un parde trucos predecibles, pero ninguno surtió efecto, estabas alerta ante cualquier actitud sospechosa.

La regla de oro era no quitar los ojos de tu bebida o dejarla sola aunque fuese solo unos instantes, cualquier cosa podría haber sido mezclada con esta si se cometia el terrible descuido.

-¡Excelente sabor!-colaste frente a ti la botella vacía del Rom, demostrando total control sobre este, estabas practicamente sobria-¡Otra botella!

El sujeto se fue, te relajaste un poco tras eso, pero luego de unos minutos nuevamente te veias rodeada.

-¡¿Por qué no se largan?!-exclamaste en tu interior.

Un grupo significativo de hombres se habian formado a tu alrededor, los miraste e incluso contaste cuantos podrían haber.